Señor Director:
Algunos autores de artículos recientes se manifiestan preocupados por la idea del Gobierno de crear una Empresa
Nacional para administrar la explotación del litio. El principal problema parece ser la falta de capacidad chilena para
abordar esa tarea. No se encuentra fácilmente la capacidad tecnológica en el país. El retraso correspondiente haría
perder una oportunidad que no durará mucho.
Si aceptamos que no se debe perder tiempo inútilmente y que el Estado debe ser más ágil, llama la atención que
esta barrera (supuestamente) infranqueable de la “incapacidad chilena” no sea en ningún momento objeto de pre–
ocupación. Parecería ser el destino eterno de Chile: ser incapaz. Un dogma incuestionable.
Pero cuando el canciller alemán visitó Chile hace poco en busca de proveedores de litio para la industria alemana le
“ofreció a Chile ayuda para la elaboración del litio”, porque “ya no es cuestión de simplemente transportar las materias
primas fuera del país, sin valor agregado” (palabras de Olaf Scholz).
¿No sería justamente esa la tarea del Estado chileno, aprovechar la oportunidad para crear a mediano y largo plazo
un futuro mejor con un Chile menos incapaz? La empresa privada tiene la tarea de ganar dinero para sus dueños, no
de desarrollar el país. La tarea del Estado va más allá del crecimiento, debe tener como meta el bien común, un buen
y largo futuro para todos los chilenos.
Raúl Claro
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