No es desconocido que los emprendimientos exitosos generan un impacto positivo en la economía, generando empleos y demandando productos y servicios relacionados.
En Ñuble, región que exhibe un evidente rezago económico respecto del resto del país, el fomento al emprendimiento constituye precisamente una de las herramientas a las que ha echado mano el Gobierno para estimular el crecimiento y la inversión en la nueva región.
A nivel regional, según el INE, en febrero-abril, un 4,4% de los ocupados declaró ser empleador, es decir, cerca de 9.700 personas. Asimismo, un 18,1% dijo tener un empleo por cuenta propia, es decir, del orden de 39.400 personas, y si bien esta última categoría es asociada principalmente con informalidad, con la venta ilegal de bienes, muchas veces en condiciones precarias, en este grupo también es posible hallar emprendedores que sueñan con crecer, con formalizarse, dar empleos y aportar a la sociedad.
Recientemente, el organizador del primer asado emprendedor de Ñuble, Stephan Elgart, subrayó que si bien existe un gran potencial en la zona, la principal limitante sigue siendo el acceso a capital de inversión, tanto público como privado.
El dueño del cowork Espacio Creativo, planteó en aquella ocasión que existe una oportunidad en Ñuble para generar un ecosistema favorable al emprendimiento, para lo cual es necesario abordar ciertos desafíos, como por ejemplo, la asociatividad; la articulación de los actores vinculados a esta materia, como el sector público, el privado y la academia; o contar con una incubadora de negocios.
Desde el sector público, en tanto, destacan que este año se destinaron montos históricos para el fomento del emprendimiento en Ñuble, a través de agencias como Corfo, Sercotec, Sernatur, ProChile, Indap y CNR, entre otras, gracias a la focalización de recursos FNDR aprobados por el Gobierno Regional, como también a través del incremento de los presupuestos sectoriales.
Pero además de la entrega de recursos, el fomento del emprendimiento también supone generar condiciones favorables para emprender, un ecosistema donde, por ejemplo, los municipios sean expeditos en la tramitación de permisos, se definan incentivos tributarios para la creación de empresas, exista una adecuada conectividad vial y digital, y que cuente con instituciones capaces de guiar y financiar estas iniciativas.
Ñuble tiene mucho que caminar aún para transformarse en una gran incubadora de emprendimientos, sin embargo, cada vez existe mayor conciencia sobre las debilidades de la región en esta materia, y sobre la importancia de superarlas, dado el gran potencial que existe en la zona, en buena medida gracias al papel de los centros de estudios superiores que han aportado capital humano calificado.
Cada vez hay más ejemplos de emprendimientos que se abren paso en la economía local, y que a medida que van creciendo generan un impacto positivo, devolviendo, de esta forma, la mano que alguna vez les tendió el Estado. Es por ello que en esta etapa clave en la historia de la región, el grado de compromiso de sus autoridades con el impulso al emprendimiento determinará, en gran parte, la superación de su rezago económico.