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Elecciones en Groenlandia, el objeto de deseo de Trump

En tiempos normales, estas elecciones no serían de interés internacional. Algo más de 40.000 votantes eligen a 31 miembros del Parlamento en una isla que no es totalmente autónoma. Pero estos comicios en Groenlandia son diferentes.

Por un lado, porque los partidarios de la independencia esperan que se les dé un fuerte mandato para separarse completamente de Dinamarca. Pero, sobre todo, porque el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reclama la isla más grande del mundo cada vez con más fuerza desde su victoria electoral.

Los aproximadamente 57.000 groenlandeses tienen sus propios problemas que influyen en las elecciones: por ejemplo, qué recursos naturales deberían explotarse y si para ello habría que entregar concesiones a socios extranjeros.

Los ingresos procedentes de la minería también son un argumento para los partidarios de la independencia, porque, hasta ahora, alrededor de un tercio del presupuesto de Groenlandia es financiado por subvenciones danesas.

Para el primer ministro, Mute Egede, que se presenta a un segundo mandato, la independencia sigue siendo el objetivo declarado: “No queremos ser estadounidenses ni daneses, somos kalaallit”. Los estadounidenses y su líder deben entenderlo”, escribió Egede en Facebook después del discurso de Trump en el Congreso.

Esta situación se mantendrá después de las elecciones del 11 de marzo, afirma el experto en desinformación Johan Farkas: “Es importante ampliar nuestra perspectiva y reconocer que esta amenaza no desaparecerá simplemente después de las elecciones. Mientras sea un deseo declarado de los EE.UU. apoderarse de Groenlandia, el riesgo de tales campañas de influencia persistirá”.

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