Señor Director:
En la recta final de las elecciones presidenciales en Argentina, todas las encuestas pronostican que Milei y Massa debieran pasar a segunda vuelta, sensación que se refuerza con los dichos de Macri sobre el eventual apoyo a las reformas “razonables” de Milei. Este escenario, debiera hacernos reflexionar sobre dos cuestiones que podrían extrapolarse a la política chilena.
La primera, se refiere al desprestigio de la política, los partidos y los políticos, que, sumado a una crisis económica y de seguridad, son el caldo de cultivo para el surgimiento de candidatos populistas, como Milei, donde un 71,3% valora “Un liderazgo firme y capaz de imponer sus ideas” (encuesta de CB consultora), es decir, la antítesis de la política entendida como un equilibrio de fuerzas, a través de la negociación y los acuerdos.
En segundo lugar, en escenarios de crisis graves, cobran especial relevancia los atributos propios de los candidatos, ya que estos no tienen el ropaje de los partidos y los proyectos políticos de largo plazo, por lo que la lucha política queda muy librada al discurso oportunista, que buscan desencantados a los que no les importe el eventual quiebre del sistema institucional, como el es caso de Milei. Por otro lado, tenemos una candidata como Bullrich, que no convence, no convoca, que no es clara en sus planteamientos, aunque estos sean objetivamente más coherentes.
Eric Latorre, Director Magister en Gobierno y Dirección Pública UA