Señor Director:
La elección de gobernadores regionales es una excelente oportunidad para comenzar a experimentar una progresiva descentralización. Ahora bien, y como parte de toda instalación, han surgido inquietudes acerca de cómo se verificará, efectivamente, este proceso. Cualquier análisis debe tener en cuenta que este es el primer paso de un proceso que difícilmente se detendrá.
Lo anterior supondrá delimitar -en términos normativos y prácticos- dónde se instalarán y con qué presupuesto contarán para contratar equipo. Si acaso hubieren surgido conflictos, este es un buen momento para anticipar una solución e incorporar este problema a la planificación que realiza Dipres.
Una dificultad adicional será aquella relativa a cómo se instalará la figura del gobernador o gobernadora como nuevo agente político en cada región y de qué forma convivirá con el delegado o delegada presidencial y, en general, con los ministerios y servicios públicos. Una de las primeras materias donde se probará esta habilidad será la relativa al plan regional de ordenamiento territorial. Las gobernadoras y gobernadores demostrarán su capacidad para alcanzar acuerdos entonces ante la Comisión Interministerial de Ciudad, Vivienda y Territorio, de cuya aprobación dependen.
Esta tarea concreta conectará inexorablemente a los nóveles gobernadores y gobernadoras con los municipios y las comunidades. Será en estos espacios donde podremos ver si, además, las demandas políticas de participación en los territorios encontrarán en esta fórmula de descentralización una solución idónea para los conflictos asociados al cuidado del medio ambiente, el déficit habitacional o las demandas por integración social en las ciudades, entre otras.
Claudia Sarmiento
Socia de Sarmiento y Walker abogados