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Según reconocen los propios empresarios turísticos de la región de Ñuble, esta temporada estival no ha sido mejor que la anterior, a pesar de que la base de comparación es bastante baja, dado que los incendios forestales de febrero de 2023 representaron un abrupto fin del verano para algunos destinos de la región.
Este verano, la estrechez económica que golpea a las familias también se vio reflejada en los flujos de turistas en los principales destinos de Ñuble, como Quillón, Cobquecura, el Valle Las Trancas, San Fabián, Chillán y el Valle del Itata. La inflación, el desempleo y los menores ingresos de los hogares, han afectado el comercio y el turismo por cerca de 18 meses, con sostenidas bajas en las ventas.
Sin embargo, según el INE, en diciembre de 2023 los establecimientos de alojamiento turístico de la región registraron un total de 28.983 pernoctaciones, lo que representó un incremento de 29,0% en comparación con igual mes de 2022, una noticia muy positiva que rompió una tendencia a la baja que se venía observando durante los siete meses precedentes. Con el dato de diciembre, el año 2023 cerró con una caída acumulada de 13,1% en las pernoctaciones, en comparación con 2022.
Otra estadística que merece atención es a la tasa de ocupación en el destino Valle Las Trancas, según el informe que entrega la Subsecretaría de Turismo, que alcanzó un 24,8% promedio durante la semana del 15 al 20 de enero de 2024, lo que representó una contracción de 22,8 puntos porcentuales respecto a la medición de igual periodo de 2023.
Claramente, todavía no se vislumbra una recuperación del turismo en la región, así como tampoco en otros sectores, como el comercio, los que hacen un importante aporte al empleo local y corresponden, en su gran mayoría, a empresas pequeñas y medianas.
Es precisamente por estas últimas dos razones que conviene poner más atención al comportamiento del sector turismo en la región, y no solo atención, sino que, además, focalizar esfuerzos públicos y privados, con una adecuada planificación estratégica, para empujar su crecimiento.
En ese sentido, no se pueden desconocer las distintas iniciativas ejecutadas por el sector público, principalmente por parte de Sernatur, el Gobierno Regional y Corfo, para promover la formalización de los prestadores, contribuir a la capacitación de empresarios y trabajadores, cofinanciar proyectos de inversión y apoyar la promoción de los destinos de Ñuble. En el mundo privado, en tanto, destaca el trabajo colaborativo impulsado por algunos gremios, pero fundamentalmente, el espíritu emprendedor de quienes apuestan por Ñuble, potenciando y diversificando la oferta.
No obstante, lo anterior sigue siendo insuficiente a la luz de los resultados y de cara al desafío de posicionar la oferta regional, aunque muchos de los esfuerzos que se están haciendo en la actualidad rendirán sus frutos en algunos años.
A diferencia de otras actividades, el desempeño del turismo está relacionado con otras variables importantes, como la calidad de los caminos y el acceso a servicios básicos, como agua potable o internet, que son precisamente parámetros en los cuales la región de Ñuble exhibe notorias brechas.
La coordinación intersectorial y el trabajo público-privado siguen siendo las claves para superar las distintas brechas y empujar el desarrollo del sector.