Señor Director:
Desde su raíz cristiana, la Navidad recuerda un nacimiento humilde y pone en el centro a los niños, la sencillez y la solidaridad. Hoy el calor y el agobio empujan a celebrar con prisa, ruido y consumo.
El papa Francisco lo advirtió en Laudato si’, la cultura del consumo y del descarte no solo daña el medioambiente, también empobrece los vínculos humanos. Todo está conectado, lo que compramos y desechamos termina formando hábitos y valores.
Rehumanizar la Navidad es volver a lo esencial: paciencia, escucha, tiempo, una buena cena, una conversación sin pantallas, un gesto de cariño. Regalos que no se compran ni se desechan, pero que enseñan que el valor no está en el precio.
Quizás esta Navidad sea una oportunidad simple de mantener los regalos materiales, sí, pero recuperar su sentido. Que lo que se ponga de moda también sea la presencia y la humanidad. ¡Feliz calurosa Navidad!
Felipe Kong
Académico Facultad de Educación UDP



