“El resultado es lo de menos, estoy contento porque el equipo está mostrando una intensidad y compromiso notable”, reflexiona el técnico de Ñublense, Jaime García.
A la espera de la reanudación del campeonato oficial del fútbol chileno, el elenco chillanejo guarda un secreto de cara a la competencia: Su fondo físico.
Y no es menor. El contingente de los diablos rojos lleva un mes y medio trabajando de manera presencial, fue uno de los primeros que volvió a los entrenamientos en Chile y acumula más de 100 kms recorridos, que forjaron la base física que necesitará para encarar el resto del torneo con una importante exigencia.
El propio García no dramatizó con el 7-0 ante Huachipato en Las Higueras la semana pasada, pues sus jugadores estaban culminando la intensa fase de trabajo físico que, asegura el entrenador, permitirá que sus jugadores jueguen a una alta dinámica e intensidad.
Ñublense podría marcar una diferencia en este aspecto, ante rivales que suman menos tiempo de trabajo y rodaje. Además, porque es el único club del fútbol chileno que tiene 15 juveniles entrenando en el primer equipo, los que en medio del estrés físico que exigirá el retorno, pueden tonificar y refrescar al Rojo en una urgencia física.
Cuando vuelva el fútbol contra el tiempo, es posible, que Ñublense le saque partido a su arma secreta: El gran fondo físico que identifica a este plantel, que no sabe de lesionados y que tiende a pulverizar a sus rivales en los segundos tiempos con empuje y resistencia.
