El rol que jugó María Espíndola en la educación de las mujeres de la región
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Continúa el ciclo de programas “Mujeres con Historia: Enfoque de género para la identidad de Ñuble”, que cuenta con el financiamiento del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social del Ministerio Secretaría Regional de Gobierno y el Gobierno Regional de Ñuble. Se trata de un set de 12 programas para igual número de mujeres que han dejado huella en nuestra historia, además de capítulos radiales y podcast.
En uno de los últimos capítulos, el catedrático e historiador Marco Aurelio Reyes abordó los aspectos más importantes en la vida de María Espíndola, pedagoga, poeta, libre pensadora y activista chillaneja. Se le atribuye el inicio del movimiento feminista organizado en Chile. Fue una de las fundadoras de la Federación Femenina Panamericana en 1910, precursora de la educación laica, fundadora del Liceo Americano para Señoritas en 1898 y de la Academia de Bellas Artes de Chillán.
“María Espíndola ha sido una de las mujeres más relevantes de la historia a pesar de que ha sido invisibilizada por la misma. Ella era una niña bastante inquieta, muy inteligente, una mujer realmente disruptiva, porque rompe con lo que existía en ese momento, con esa tradición retrógrada de ese estatismo social y cultural en que vivía nuestra sociedad a fines del siglo XIX y en los comienzos del siglo XX. Ella nace en Ovalle, en 1859, y fue una estudiante muy aventajada. En ese momento, ya el Estado chileno había implementado la educación secundaria, y se fundaron liceos desde Copiapó hasta Concepción. Y ella es enviada por su familia a estudiar al Liceo Copiapó, un lugar en donde se formaba a la clase media”.
“Con el tiempo, ella realiza estudios pedagógicos tanto en Inglaterra, en Alemania como en Francia, que eran los países más adelantados en los sistemas educacionales. Ellos introdujeron una educación moderna que en Chile llega a través de los profesores alemanes. Ellos trajeron asignaturas que no existían en los currículos chilenos, por ejemplo, la gimnasia. No existían las artes plásticas. No existía ciencias naturales”, indica.
En tiempos donde la mujer estaba relegada en casa, María llega con nuevos aires a la ciudad. “En 1898 junto a su esposo funda en Chillán el Liceo Americano de Señoritas, para el cual reclutó a notables pedagogos como el fundador de la Universidad de Concepción, Enrique Molina Garmendia. María había conocido experiencias pedagógicas modernas en Europa, y cuando en Chillán funda este liceo en calle Constitución, levanta un proyecto educativo con materias como ciencias naturales, empieza a acercar a las niñas a la naturaleza. También instruyó clases de gimnasia, nunca antes visto en Chile. Además, ella crea una revista que se llamó Revuelos, donde las niñas tenían que escribir. Escribían sobre arte, literatura, letras, ciencias.
Feminismo
“Ella comenzó a darle educación a las mujeres y se adelanta con esto medio siglo. Ella sabía que la mujer tenía que tener otro tipo de protagonismo. Incluso, ella participó en el Congreso Interamericano Femenino en Buenos Aires, como parte de la delegación del presidente Pedro Montt. Su discurso fue muy aplaudido y difundido en Argentina. En 1902, ella había estado en el Primer Congreso Pedagógico Chileno y entre los espectadores que la oyeron ese día, estaba Diego Barros Arana, el historiador, quien se puso de pie, se sacó el sombrero y la aplaudió”, recordó Marco Aurelio.
María Espíndola murió en 1915 y tuvo un funeral masivo, tal como lo consignaron las páginas de Diario La Discusión. “Hoy en Chillán se la recuerda a través del Centro Femenino María Espíndola, y que se replicó en distintos otros países, que en el fondo es el movimiento masónico femenino y que lleva el nombre de Doña María Espíndola, porque ella fue la precursora, no solamente de la emancipación de la mujer y del lugar que debería la mujer tener en la sociedad, sino que también del pensamiento laico. El Colegio Concepción también tiene un taller literario que lleva su nombre. Ella fue mujer revolucionaria para aquel momento, porque rompe primero con el lugar de la mujer dentro de la sociedad. Y Doña María Espíndola es una mujer que merece estar en las páginas de la historia por todos los valores que ella entregó no solamente a través de la educación, sino que también a través de los movimientos laicos”.