Si hay un deportista de Ñuble que sabe de disciplina, sacrificio y compromiso, ese es Héctor, “El Rayo del Valle del Sol”, Quintana.
El pedalero de Quillón no ha bajado los brazos en plena pandemia, adaptando su rutina de entrenamiento bajo la supervisión de su entrenador Pedro Palma.
Por estos días, revela, entrena duro, simulando ejercicios a 3 o 4 mil metros de altura, vislumbrando su participación en el Mundial de Suiza, fijado para septiembre, solo si ese país, decide abrirle las fronteras a los deportistas chilenos, excluidos de la lista de países que pueden ingresar en medio de la pandemia del covid-19.
“Casi me desmayo”
“Para mejorar mi rendimiento estoy simulando ejercicios en altura, con hipoxia, merced al apoyo en equipamiento que me da mi entrenador Pedro Palma. Estoy simulando con mascarilla entrenamientos a 3 a 4 mil metros de altura. Me ha costado mucho y el otro día casi me desmayé entrenando y eso la gente no lo ve. La parte sicológica también es invisible”, reflexiona desde su casa.
“Estamos esperanzados que en Europa vuelvan las carreras, porque pasaron la mayor crisis de la pandemia. El problema es que en Chile están aún en etapa crítica, el Mundial es el 20 de septiembre en Suiza, lo llevamos preparando bastante tiempo en altura con simulaciones. Nos estamos preparando para ir, independiente de si podemos volar y entrar o no, pero si se da la opción, estamos haciendo consultas y gestiones, pero la embajada de Suiza no está dando dejando entrar a chilenos por la situación actual del coronavirus.
Se está evaluando cada día. Puede cambiar cada semana, o puede acabar en un mes, pero seguiremos preparándonos. Si tenemos la opción de ir, queremos dar lo mejor, estoy en la mejor forma, ojalá se pueda”, recalca.
Pasión a tope
En tiempos de cuarentena, Quintana recuerda que heredó de su padre el amor por el deporte, porque desde que era pequeño lo llevaba a la cancha las Parragueras de Quillón, “en unos carritos y nosotros contábamos las vueltas que daba a la cancha”. También su madre, familiar de los Bretti, un apellido legendario en el ciclismo chileno, le transmitió el amor por el deporte del pedal y un vecino, Sebastián, que corría ciclismo, lo instó a subirse a una bicicleta bajo el alero del Team Quillón. Desde entonces admira a los ciclistas profesionales.
“Los ciclistas son unos héroes del deporte porque dejan la piel arriba de la bicicleta. Mi inspiración es ser ciclista profesional. Hay contados, tres o menos de Chile, que han llegado al World Tour, que es como llegar al Barcelona, donde llegan solo doce equipos en el mundo para ser profesional. Ese es mi mayor sueño. Cada día intento poder llegar a eso”.
El campeón de los últimos Juegos de la Araucanía y la gran promesa del ciclismo chileno, reconoce que en el inicio de la pandemia le costó retomar la motivación sin competencias a corto plazo.
“Estábamos acostumbrados para competir, fue fuerte las primeras semanas. Me costó tener motivación, fue complicado, pero me fui a adaptando y hablando con mi entrenador Pedro Palma y todos los viernes con el psicólogo Eliot Brito del CER y adaptándonos a la nueva rutina en casa, para no perder la forma en casa”, detalla.
Pedro Palma, recalca, es su entrenador y amigo con el que fluye la buena comunicación ya que fue un ciclista destacado, corriendo mundiales de mountainbike a nivel internacional, experiencia que le ha transmitido.
Sobre los Juegos de la Araucanía y la necesidad de armar un equipo más competivo, Quintana, asegura que su entrenador está tomando el alto rendimiento de la región captando promesas del semillero.
“Antes de la pandemia, venían a Quillón, chicos de Chillán Viejo con un entrenador a pedalear, se están preocupando más desde la base, construir a ciclistas desde pequeños, los que tengan las ganas, para seguir adelante en el ciclismo, no queremos que Ñuble se quede sin ciclistas”, sentencia, vísperas de un nuevo exigente entrenamiento y con la mente puesta en Suiza…si se abren las fronteras de Europa para los chilenos.
