Señor Director:
Al final, el tema de la delincuencia es un tema de “costo-beneficio”. Para hacerse delincuente no hay que pagar colegio, ni instituto, ni universidad. No hay que pagar impuestos por los ingresos. No hay que contratar un contador para tener las cuentas en orden. No hay que pagar isapre, ya que en caso necesario los llevan al hospital sin pedir hora, sin hacer cola y sin pagar, naturalmente. Su trabajo conlleva unos pocos minutos de riesgo contra un botín que les permitirá, según el caso, vivir muchos días o meses o años.
No pierden tiempo en las oficinas de las compañías de celulares, porque su celular es robado. No gastan plata en abogados, porque se conocen las debilidades de nuestra legislación al dedillo. Conocen y se ríen del pensamiento de nuestros legisladores, que dictan leyes (no acercarse a menos de 500 metros de su víctima, por ejemplo) que no podrán ser siquiera fiscalizadas ni cumplidas.
En unos minutos obtienen lo que a sus víctimas les ha costado años de esfuerzo y gasto. Ellos son los inteligentes. Nosotros somos los tontos.
Enrique Malebrán González
