El precio de la mediocridad

Señor Director:
El reciente Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA, 2025), confirma que Chile lidera en la región en talento humano y políticas de IA, por ahora. Sin embargo, persiste una brecha crítica en inversión y en adopción industrial.
Las empresas que relegan la capacitación y la adopción estratégica de esta tecnología —que con los años se convertirá en la infraestructura por donde fluirá gran parte de la actividad económica— expondrán su gestión y modelos de negocio a riesgos que aún son evitables. Solo una minoría la ha integrado manera transformadora, es decir, de forma estratégica y con una gobernanza, dejando al resto solo en etapas exploratorias y superficiales.
Esta falta de visión estratégica condena a los equipos mediocres a una pérdida rápida de competitividad. Pone en riesgo no solo la posición en el mercado de los actuales negocios, sino también el futuro del empleo formal, empeorando el problema sistémico que ya sufre el país hace más de una década.
Apostar desde ya por la formación y la adaptación estratégica es la única vía para evitar que la IA amplifique las desigualdades —reproduciendo las fragmentaciones históricas—y margine a quienes se resisten al cambio. El precio de la mediocridad no será solo económico, sino social: una región que, pese a su potencial, podría perpetuar exclusiones en lugar de transformarlas en una nueva oportunidad de crecer.
Fernando Roa