Señor Director:
Nuevamente estamos en una crisis de abastecimiento de pellet. Justo cuando las bajas temperaturas se hacen presente en nuestra región. Ya se vivió esta situación cuyo origen se explicó por las prolongadas cuarentenas que obligaron a muchas personas a estar en sus casas. Ahora las explicaciones son extrañas y dudosas. ¿Es una falla del mercado? ¿Es una falla estructural de la capacidad de producción?
Sea lo que sea, es sorprendente que no sea considerado un bien esencial Hoy, las políticas de descontaminación atmosférica se sustentan principalmente en el recambio de calefactores privilegiando aquellos que requieren pellet y beneficiando prioritariamente a personas de bajos ingresos y de edad avanzada.
Si fueran otros los combustibles que estuvieran ausentes del mercado por unos días, habría crisis política derivada de la acción de grupos de presión. ¿Será el hecho que las personas de edad avanzada no se movilizan con la agresividad de otros sectores lo que hace que no haya una atención pública tan activa sobre este tema?
Este bien es esencial, sobre todo si, insisto, hay una política pública de impacto ambiental y social que se basa en su disponibilidad. Es algo que afecta directamente la calidad de vida de muchas personas vulnerables en un momento crítico del año.
Espero que haya una consideración de parte de las autoridades en cuanto a planificar razonablemente las políticas sociales y ambientales para que puedan ser efectivas en beneficio real de la población. De lo contrario puede ser una verdadera trampa.
Pablo San Martín
