El peligro de automedicarse con Ozempic

Señor Director:
En Chile, la malnutrición por exceso es un problema estructural y, para muchas familias, una carga diaria. Por eso comprendo la esperanza que despiertan los fármacos como la semaglutida (Ozempic). Este mes, la OMS publicó una guía en que recomienda su uso de forma condicional como apoyo al tratamiento de la obesidad, dentro de un abordaje integral con alimentación saludable, actividad física y acompañamiento profesional.
Pero la evidencia es clara: no son “atajos” inocuos. El uso de Ozempic como automedicación, impulsado por promesas rápidas, fines estéticos y oferta irregular, es una señal de alarma sanitaria, porque el mismo fármaco puede ayudar cuando está indicado o provocar daños cuando se usa sin control. El Instituto de Salud Pública (ISP) advirtió en marzo de 2023 sobre su uso no supervisado y el riesgo de reacciones adversas. En noviembre, Sernac e ISP alertaron sobre publicidad prohibida, ofrecimiento de recetas a distancia y la expansión de mercados informales en apps y mensajería. La automedicación no sólo expone a efectos como pancreatitis o complicaciones biliares, sino que erosiona el acceso equitativo para quienes lo necesitan.
La solución a la obesidad no cabe en una jeringa. Cabe en políticas sostenidas: entornos alimentarios saludables, regulación, prevención y atención continua. El llamado es simple: no automedicarse, consultar equipos de salud y exigir un mercado responsable.
Lidia Paz Castillo
Nutricionista y académica Escuela Tecnología Médica UDP.