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Esta semana, múltiples entrevistas en medios nacionales dieron cuenta de la “hada madrina” que estuvo al lado de María Donaldson, esposa del recién asumido rey de Dinamarca, Federico X. Esa “hada madrina” que ayudó a María en su camino al reinado es Teresa Page, una chilena con un gran pasado chillanejo. La encontramos en Australia, en donde está radicada actualmente. Hoy es coach y fundadora de Starmakers, un programa de ocho semanas de autoconocimiento al que asistió la reina de Dinamarca.
Vivió en Chillán hasta los nueve años. Su abuelo Juan Domeyko, había sido enviado a Sidney como diplomático años antes por lo que su familia se trasladó a Australia a comienzos de los años setenta. “Mi familia tiene una conexión muy especial con Chillán y con el Diario La Discusión. Mi madre Paz Domeyko fue directora del Instituto Chileno Norteamericano desde finales de los años 1960 hasta 1971 cuando nos fuimos a Australia. El director de Diario La Discusión en ese momento era presidente del Directorio del Instituto y La Discusión entrevistó muchas veces a Paz y apoyó sus múltiples iniciativas en la vida cultural de Chillán”, recuerda, añadiendo que hoy Paz tiene 86 años y que, al comentarle sobre esta entrevista, su madre le contó que el matutino es uno de los más antiguos.
“Sé que Chillan fue una gran plataforma para ella mostrar su liderazgo cultural, inspirar cambios y marcar la diferencia en muchas vidas, y todas sus hijas hemos seguido su ejemplo allí en Chillán a nuestra manera”, precisa Teresa.
Teresa cuenta que hay cosas que extraña como “el sentido del humor chileno, que no se parece a ningún otro, es la perspectiva más divertida de la vida y, como a menudo tomo las cosas muy en serio, realmente me hace reír. Eso es lo que más amo de Chile, el humor y la dignidad y amabilidad de la gente. Los chilenos saben cómo divertirse, cómo hacer una gran fiesta con toda su familia y disfrutar de la naturaleza con amigos. Lo que más aprecio es la forma en que los chilenos son amigos para toda la vida, grandes amigos”.
Pero también extraña algunos aspectos de la ciudad que la vio crecer. “Chillán es muy especial, a los pies de un volcán, con canchas de esquí y baños termales de clase mundial. Me encantan los baños termales, las montañas y los bosques, y los chilenos. Amaba mi vida en Chillán, mi colegio, mis amigos”, señala. Por eso, cuenta, se preguntó muchas veces por qué debió dejar atrás todo.
“En Australia no teníamos familia relacionada. Nadie más se mudó aquí para vivir. Todos los nacimientos, matrimonios, funerales, todo ocurrió al otro lado del mundo, sin nosotros. Cuando salimos de Chile, mi niñera y mis cuatro abuelos aún vivían. Tuve que despedirme sabiendo que no los volvería a ver, aunque estaban bien. Fue muy difícil dejar visitas cortas. Recuerdo con especial cariño a mi niñera Corina Moreno, quien también fue la niñera de mi madre y quien nos cuidó a mí y a mi hermana”, añade.
Teresa dice que tiene planes para viajar a Chillán este año porque los primeros años en Australia siempre añoró regresar. En ese país, cuenta, estudió modelaje, se casó, tuvo hijos y se encontró con un programa de desarrollo personal que le cambió literalmente la vida.
Cómo llegó a ser coach
Cuenta que se convirtió en coach por el amor al conocimiento y el deseo de comprenderse a sí misma. “Desde muy pequeña me encantaba aprender de todo, me encantaba la escuela y todas las materias. Mis padres eran conversadores sobre temas culturales en la mesa. Cuando tenía 21 años asistí a mi primer programa de desarrollo personal aquí en Sydney, un curso americano. Desperté a un potencial más profundo, una dimensión oculta dentro de mí. Esto me liberó del miedo, de la vergüenza, de buscar únicamente la validación externa, de aprovechar mis propios recursos internos, a través de este conocimiento de mí misma, de mi vida interior, que antes me estaba oculta. Del inconsciente al autoconocimiento. Comencé a entrenar a mis amigos y a mi hermana gemela Paulina desde los 21 años, nos entrenamos y apoyamos mutuamente para tener éxito en el mundo de la moda, que es una industria muy difícil donde una mentalidad de visión y objetivos es un factor crítico para tener éxito a nivel global. A los 39 años tuve una visión de enseñar a otras personas lo que había descubierto y en esa etapa mi carrera como modelo y actriz terminó muy repentinamente con una experiencia cercana a la muerte con anemia severa, fatiga crónica. Salí de ahí con una nueva vocación como coach de autodesarrollo con enfoque en autoimagen de desempeño y habilidades de presentación”.
A la fecha, Teresa ha facilitado la transformación de más de mil personas. “Hay 1000 historias de vida de personas con las que he trabajado. Personas de todos los ámbitos de la vida: profesionales de negocios, estudiantes, actores y cantantes, artistas, médicos, abogados, modelos y miembros de la alta sociedad. Depende de cada uno de nosotros hacer el trabajo de individualizarnos y empoderarnos, de encontrar nuestro propio camino en el mundo”.