Señor Director:
Tengo una PYME de souvenirs y libros para pintar patrimonio arquitectónico. El año pasado me tocó pagar cerca de $70.000 (con descuento) por no haber pagado $100 a tiempo al SII. Honestamente, por olvidarme, no tenía el hábito de estar atento a todas las fechas. Después de pagar 700% de lo adeudado al Estado, nunca más se me olvidó pagar a tiempo ni revisar los formularios.
El horizonte de castigo llegó, actuó y no distinguió motivos. Yo aprendí la lección y no volví a fallar. Por eso, me da algo de esperanza ver que el proyecto de ley que sistematiza delitos económicos y ambientales avanza. Porque si los castigos fueran en función al monto adeudado/defraudado, de seguro se piensa dos veces (al menos eso quiero creer). 100 horas de clases de ética parecen un chiste versus reponer con creces lo mal habido u omitido. Quizás, sólo quizás, el castigo real y doloroso (al bolsillo) reemplace la falta de decoro y principios que existen tras los delitos de cuello y corbata en este país.
Mauricio Urrutia V.