Felipe Carrasco lleva 15 años sobrevolando Chillán. Y se impresiona con la expansión que muestra la capital de Ñuble a lo largo de ese tiempo.
“Desde el cielo se visualiza mejor la extensión hacia la periferia, en un período fue más notorio en el sector oriente, como Los Volcanes o camino San Bernardo, ahora se aprecia algo similar en Chillán Viejo y especialmente Parque Lantaño, donde la construcción de viviendas comenzó alrededor de la línea ferroviaria y ahora llega hasta la carretera”, grafica el piloto civil, quien preside el Club Aéreo de Chillán.
La visual aérea de la ciudad confirma la explosiva expansión territorial de la capital de Ñuble, producto principalmente del crecimiento habitacional. El fenómeno, aunque paulatino, se acrecentó a inicios de los años 90’ con las políticas públicas de construcción de viviendas sociales, concentrándose en ese entonces en el sector oriente, donde hoy residen alrededor de 40 mil personas.
La masiva construcción de viviendas sociales, no obstante, tuvo su génesis poco antes, a partir del decreto 3.516 de 1980, que permitió subdividir las zonas rurales en predios de no menos de cinco mil metros cuadrados, lo que permitió utilizar suelos agrícolas para la construcción de parcelas de agrado, que motivó también el desarrollo inmobiliario en sectores de la periferia.
“La expansión urbana experimentada por Chillán y Chillán Viejo desde 1978 al año 2000 ha sido la más grande de su historia, puesto que en un periodo de 22 años se ocuparon 932 hectáreas de suelos agrícola”, afirma Marta Henríquez, en su investigación “La sustentabilidad socio-ambiental de las ciudades intermedias de Chillán y Chillán Viejo”, citada por Claudia Espinoza, doctora en Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible Universidad del Bío-Bío.
La académica da cuenta que el aumento en el número de viviendas en las comunas de Chillán y Chillán Viejo, en el periodo 1940 – 2012, representó un incremento de un 600% y se pasó de 11.289 a 68.085 viviendas.
Mapa fundacional
La notoria expansión que muestra la capital de Ñuble contrasta con el orden en que fue planificada la urbe tras su cuarta fundación, el 5 de noviembre de 1835, luego de tres traslados obligados a causa primero de la destrucción de la ciudad por un levantamiento indígena (1655); de un terremoto y desborde del río Chillán (1751) y un nuevo sismo en 1835.
En efecto, la fundación de la ciudad actual, expone Claudia Espinoza, se realizó entre las denominadas cuatro avenidas, formando un plano ortogonal comprendido por las avenidas Ecuador por el norte, Collín por el sur, Argentina por el oeste y Brasil por el este. El ingeniero Carlos Francisco Ambrosio Lozier se hizo cargo del trazado de la ciudad, que por disposición municipal quedó conformada por 200 cuadras. A esa fecha Chillán tiene doce cuadras de norte a sur, e igual número de oriente a poniente, lo que da un total de 144 manzanas (Muñoz, 1919 citado por la investigadora de la UBB).
¿Qué pasó entonces a partir de la segunda mitad del siglo XIX? La académica explica que al comienzo el crecimiento demográfico en Chillán no era significativo, hasta la llegada del ferrocarril en 1870, lo que produjo una fuerte expansión de la ciudad hacia fuera de las cuatro avenidas, principalmente en los alrededores de la línea férrea (actual Ultraestación) y hacia el sur del Estero Las Toscas, principalmente por la “existencia de la fábrica de cerveza de Schleyer, además de la llegada de una curtiembre y un núcleo religioso en el camino al Pueblo Viejo (actual Chillán Viejo)”, afirma.
Hacia el inicio del siglo XX la urbe se siguió desarrollando en torno al damero clásico, sin mayores alteraciones, con dos polos marcados, Chillán y Chillán Viejo.
Sin embargo, a mediados de siglo el crecimiento demográfico continúa y se conforman los primeros sectores periféricos que crecen desordenadamente, siendo los barrios más antiguos Chillancito, Santa Rosa y Santa Elvira.
Fue durante la década de 1950 cuando se rompe la uniformidad del centro urbano a consecuencia del impacto de la migración campo-ciudad. “Comienzan a surgir viviendas precarias, como campamentos los cuales se instalan en las riberas del río Las Toscas, y en predios desocupados. Emblemático en este proceso fue la toma que dio paso a la Población Vicente Pérez Rosales”, relata la investigadora de la UBB.
Planificación
Actualmente, el desafío de las autoridades es cómo regular el crecimiento de la ciudad, en medio del sostenido desarrollo inmobiliario. Y si bien históricamente, y en especial tras el terremoto de 1939 el crecimiento fue más bien horizontal, hoy la tendencia está dada por las edificaciones en altura donde los proyectos de tornan cada vez mayores.
El actual Plan Regulador Intercomunal de Chillán data de 2007 y su actualización fue aprobada en agosto último por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo. De ser aprobado por el Concejo Municipal de Chillán se espera que entre en vigencia durante el primer semestre del próximo año.