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El “lejano” Coelemu

No es muy distinto el drama de Coelemu al de otras comunas de Ñuble que sufren la escasez de servicios básicos y la difícil conectividad, como San Fabián, por ejemplo. La diferencia es que Coelemu no se ubica distante en la cordillera, sino en el corazón del Valle del Itata, un corazón dividido entre Ñuble y Biobío, porque, en la práctica, para los coelemanos es más sencillo y rápido viajar a Concepción a realizar trámites o consultar un médico, que ir a Chillán.

En el caso de numerosos trámites administrativos, los habitantes de Coelemu deben ir a Quirihue, la capital provincial; o a Chillán, la capital regional. Muchos todavía recuerdan el deseo frustrado de convertirse en la capital provincial de Itata, cuando se discutía la creación de la región de Ñuble y sostienen que el tiempo les ha dado la razón, apuntando a un “abandono” por parte de las autoridades.

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Por otro lado, en salud, las limitaciones del hospital comunitario de Coelemu constituyen una de las principales deudas, ya que la falta de especialistas obliga a derivar a los pacientes a San Carlos, distante a 75-90 minutos en vehículo particular; o a Chillán, a una hora.

En materia de transporte, la locomoción colectiva ofrece más servicios hacia Concepción que hacia Chillán. Y a San Carlos simplemente no hay. Con destino a la capital de Biobío hay servicios de varias líneas cada una hora, en un viaje que tarda una hora; mientras que, hacia la capital de Ñuble, solo dos líneas ofrecen en total no más de cinco frecuencias diarias, en un viaje que dura más de dos horas.

En la práctica, para los coelemanos es más fácil viajar en bus a Tomé o a Talcahuano que a la mayoría de las comunas de Ñuble, lo que ayuda a entender por qué dicen sentirse el “patio trasero” de la región y abunden las opiniones que piden volver a ser parte de Biobío. Y si bien no existe una solicitud formal para escindirse de Ñuble, esta expresión ciudadana debe ser escuchada por las autoridades, ya que en ella subyace un real sentimiento de abandono que exige abordar con sentido de urgencia las deudas con esta comuna, muchas de larga data, como salud pública, vialidad y transporte, energía y conectividad digital, entre otras.

Con sus casi 17 mil habitantes, Coelemu es la novena comuna más poblada de Ñuble, cuya matriz productiva está marcada por las actividades agrícola, forestal-maderera y comercial, donde destaca la vitivinicultura. En los siglos 18 y 19 fue un nodo clave del “Camino Real”, que conectaba Talca y Concepción y también se extendía hasta Chillán; y luego, del ramal ferroviario Rucapequén-Penco, que mejoró la conectividad de Ñuble con Concepción y potenció el desarrollo agrícola del Valle del Itata. Hasta la segunda mitad del siglo 20, Coelemu experimentó un sostenido crecimiento favorecido por su ubicación estratégica, su agricultura y su actividad comercial, un proceso que comenzó a decaer en la medida que el tren dejó de circular y en sus erosionados suelos los granos dieron paso a las plantaciones forestales, mientras el país crecía con un fuerte centralismo.

Sin olvidar que en la región del Biobío eran efectivamente el “patio trasero” de Concepción, que absorbía y sigue absorbiendo el grueso de la inversión pública y la preocupación de las autoridades; es necesario reconocer y atender las justificadas demandas de los habitantes de Coelemu, avanzando con mayor celeridad en aquellos proyectos que apunten a mejorar su calidad de vida y a empujar el desarrollo económico de la comuna.

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