Ñublense comenzó a delinear con anticipación su proyecto deportivo para la temporada 2026 y uno de los primeros movimientos confirmados fue la contratación de Joaquín González, lateral derecho que llega desde Curicó Unido, elenco de la Primera B y acérrimo rival de los Diablos Rojos.
El defensor arriba a Chillán con la compleja misión de cubrir la vacante que dejó Bernardo Cerezo, quien tras varias temporadas defendiendo la banda derecha de los “Diablos Rojos” firmó por Universidad Católica, dando un importante salto en su carrera.
La salida de Cerezo obligó a la dirigencia y al cuerpo técnico de Ñublense a moverse con rapidez en el mercado, conscientes de que el lateral derecho ha sido una posición clave en el funcionamiento del equipo durante las últimas campañas. En ese contexto, el nombre de González apareció como una alternativa atractiva, no solo por su regularidad en Curicó Unido, sino también por su proyección y conocimiento del fútbol chileno.
A sus 26 años, Joaquín González se consolidó como titular en el cuadro tortero, destacando por su despliegue físico, capacidad para recorrer toda la banda y aporte tanto en labores defensivas como ofensivas. En la Primera B fue uno de los jugadores más constantes del equipo curicano, sumando minutos importantes y asumiendo responsabilidades en partidos decisivos, lo que despertó el interés de varios clubes de Primera División.
En Ñublense confían en que González pueda adaptarse rápidamente a la exigencia de la máxima categoría y al estilo de juego del equipo. Si bien la comparación con Bernardo Cerezo será inevitable, al interior del club entienden que se trata de un proceso y que el nuevo refuerzo deberá ganarse su espacio con trabajo y rendimiento. El cuerpo técnico valora especialmente su disciplina táctica y su intensidad, cualidades que consideran fundamentales para mantener la solidez defensiva y la profundidad por la banda derecha.



