En los tiempos actuales se ha hecho natural avanzar a través de cambios, gatillados por eventos puntuales como pueden ser el estallido social, la pandemia o la guerra entre Ucrania y Rusia, entre otros. Pero lo que realmente quedará en el proceso es el cambio permanente, por lo que las personas u organizaciones que no se adapten, aprendan a observar y captar el viento, les será muy complejo mantener su estabilidad y proyección.
Así, en los últimos 10 años ha llegado el tsunami de lo barato (donde la piratería convive con las marcas legítimas), el empoderamiento femenino, el mundo de los solteros (más del 50% de los hogares de occidente está integrado por solteros, no casados), un mundo de ciudades y mayor centralismo, diversión total (donde el entretenimiento en todo lugar y tiempo fluye, haciendo todo más lúdico), la competencia genérica (con sustitutos perfectos y amenaza a lo tradicional), el liderazgo de la innovación y el conocimiento, el trabajo en redes interempresariales donde compañías grandes y pequeñas desarrollan labores interconectadas, por nombrar algunos ejemplos de cambios actuales.
En paralelo a esta vorágine de factores, también se percibe la valoración del silencio de parte de la sociedad, camino a una cacofonía urbana donde la gente se vislumbra sedienta de soledad y donde hay una búsqueda por parte del individuo, de mayor libertad en las decisiones.
En consecuencia, todos los factores expuestos apuntan a una época donde somos más pequeños y existe mucho de todo, pero con limitantes de acción. Hoy la velocidad de la información conlleva a tomar rápidas decisiones, y con ello cambios en la gestión para interactuar eficientemente en la empresa o en la vida cotidiana.
De este modo, internet, pasó de ser un promotor inigualable de información a un proveedor de diversos contenidos de información a través de los sitios más usados como Google, YouTube, Instagram, etc. donde existe un crecimiento en el uso de recursos o videos, fuertemente vinculados a todas las generaciones. Este acceso casi universal a la información y la tecnología, trae como consecuencia una mayor rapidez en la toma de decisiones y también en los cambios sociales, ya que abren una ventana al mundo que hace algunas décadas se encontraba cerrada o era privilegio de quienes tenían medios para viajar.
En otro ámbito, la forma de vivir de la humanidad también está sufriendo alteraciones rápidas. Un ejemplo es la guerra en Europa, donde la migración y las imágenes de las ciudades bombardeadas han generado incertidumbre en mercados, en especial en el alimenticio, lo cual ha provocado un aumento de la demanda de productos de esta índole -afectados por la disminución de la producción en Ucrania- gatillando el aumento de precios de los alimentos, que finalmente está afectando a los que menos tienen.
Lo anterior, se presenta como una oportunidad de innovación para nuestra región, ya que está viviendo estos cambios al modificar la forma de producir alimentos y el tipo de producción, incorporando mayor tecnología. Esto a su vez, altera la manera tradicional en que ha operado este sector industrial y ha generado nuevos cambios que afectan nuestro diario vivir.