Ñublense logró otro sufrido y ajustado triunfo en el Estadio CAP de Talcahuano, es esta vez, sobre el corajudo elenco de Santiago Morning por 2-1.
El equipo de Jaime García tuvo que batallar hasta la recta final del encuentro para inclinar la balanza a su favor ante un rival que fue consolidando su dispositivo defensivo, merced al dominio improductivo que generaba el Rojo, sin poder traducirlo en contundencia.
Pero el plantel chillanejo volvió a demostrar, a diferencia de otros años, que tiene recambio y espíritu de superación en su banca.
García también, a su intuición, le sumó percepción de juego. Los cambios que se jugó para desenredar la madeja que impusieron los microbuseros, buscaron darle más vértigo por las bandas al equipo, que a ratos, ganaba la tenencia, pero carecía de profundidad.
El gol de Iván Rozas es el fiel reflejo de un jugador con confianza, que recuperó Jaime García en vísperas de la liguilla final de enero, que ahora maneja los hilos del mediocampo y se despachó un golazo de otro partido.
Quienes saltaron desde la banca también aportaron frescura y en especial, Sebastián Pérez, cuyo gol fue todo un desahogo para él, con llanto incluido. Es que en un plantel donde todos luchan para ser titular, Jaime García logró hacerle entender a cada uno, que nadie es más que el grupo.
Y que cualquiera puede perder la titularidad si baja la guardia o evidencia una ostensible baja en su rendimiento.
Este difícil duelo, que deja a Ñublense arrancado en la punta, firme con el sueño del ascenso, lo ganó García, pero esencialmente, un grupo en el que no hay caciques, pero sí obreros dispuestos a luchar por la causa.