Señor Director:
En las primeras cuarentenas, hace ya casi tres meses, la legislación prontamente se vio débil frente a los irresponsables. Una nueva ley, más estricta, fue aprobada en su tercer trámite y promulgada con urgencia recién el jueves 18 de junio. La ley se demoró meses. ¿Habrá que constituir una comisión investigadora de ciudadanos de a pie para citar al Gobierno y a todos los parlamentarios a explicar por qué no evitaron esta demora?
No se entiende, entonces, que los jefes de varios partidos políticos se sientan con sus tareas cumplidas oportunamente y se ofrezcan a hacer las del ministro de Salud con “eficiencia”. Los alcaldes también creen que lo hicieron en forma impecable. Los primeros días de la pandemia exigían cuarentena inmediata. Menos mal que el Ministro de Salud no aceptó esa postura, si así hubiera sido, estaríamos con una hambruna y una cesantía mucho peores. Estudiosos propusieron la hibernación como la panacea. Afortunadamente, fue descartada porque el remedio causaba más males que la enfermedad.
La conclusión es que el Gobierno se equivoca de vez en cuando, y el resto de los estamentos también. Nadie puede decir, con soberbia, que intervengan “los que saben” cuando de este virus, hasta los más sabios están aprendiendo.
José Luis Hernández Vidal