“El eje Chillán–Chillán Viejo tiene una escala humana que facilita la construcción de un modelo metropolitano innovador”

El urbanista español Alfonso Vegara, presidente de la Fundación Metrópoli, visita Chillán hoy jueves 21 de agosto, a las 10.30 horas, para ofrecer la conferencia magistral “Territorios Inteligentes”. La actividad se desarrollará en la Sala Claudio Arrau y es organizada por el Gobierno Regional de Ñuble y la Dirección Regional de Cultura, con la colaboración de la Universidad de Concepción.
Vegara es reconocido a nivel internacional por su trabajo en la transformación urbana de ciudades como Bilbao y Medellín, y por la difusión del concepto de superciudades, territorios que integran innovación, sostenibilidad e identidad cultural. En conversación con La Discusión, adelantó algunas claves de su visión y el potencial que observa en Chillán y Chillán Viejo para proyectarse como un área metropolitana de alto valor patrimonial.
– Usted ha desarrollado el concepto de ciudades inteligentes o superciudades. ¿Qué cambios han significado para las personas en ciudades como Bilbao o Medellín?
-En Bilbao y Medellín el cambio ha sido profundo. No se trata solo de infraestructuras, sino de cómo las personas han recuperado la confianza en sus ciudades. En Bilbao la regeneración de la ría y la apuesta por la cultura transformaron la autoestima colectiva y atrajeron talento e inversiones. Medellín pasó de ser una ciudad estigmatizada por la violencia a ser referente global de innovación social, gracias a proyectos urbanos integradores. En ambos casos, la calidad de vida de la gente mejoró y, lo más importante, se generó orgullo de pertenencia.
– Mirando el eje Chillán–Chillán Viejo, ¿qué fortalezas ve en este territorio para la transformación en una futura área metropolitana bajo el concepto de superciudades?
-El eje Chillán–Chillán Viejo tiene una escala humana que facilita la construcción de un modelo metropolitano innovador. Hay un patrimonio cultural muy potente, tradición agrícola y agroalimentaria con proyección internacional, universidades y centros de conocimiento, además de una localización estratégica en el centro de Chile. Si se trabaja en red con ciudades cercanas y se potencia la identidad de su territorio, puede convertirse en un laboratorio de lo que llamamos superciudades: áreas capaces de crear una visión de futuro inteligente y compartida, que sumen fuerzas locales y proyecten una influencia global.
– Usted fue figura clave en una de las transformaciones más notables de una ciudad, como es el caso de Bilbao. ¿Cuál fue la o las claves para dicha transformación?
-La clave siempre ha sido la visión compartida. En Bilbao, lo esencial fue que las instituciones, la universidad, las empresas y la sociedad civil se unieron en torno a un proyecto común de futuro. Se pasó de la competencia entre actores a la cooperación, de mirar al pasado industrial a imaginar un futuro de cultura, servicios avanzados y calidad urbana. La otra clave fue trabajar en un modelo territorial, no solo en proyectos aislados, integrando la ciudad con su entorno metropolitano.
– Chillán y su entorno son un territorio con un importante patrimonio material y cultural, de los más notables en Chile. ¿Cómo conversa el concepto de ciudades inteligentes con el patrimonio y las tradiciones históricas y culturales?
-Las ciudades inteligentes no buscan sustituir la identidad, sino reforzarla. La tecnología es un medio para valorizar la historia, la música, la artesanía o la gastronomía de un territorio. Un ejemplo: mediante plataformas digitales el patrimonio se hace más visible al mundo, y a la vez se fomenta el turismo cultural y creativo. Chillán tiene la oportunidad de mostrar su tradición y su memoria como un recurso para el futuro, integrando lo mejor de su pasado con innovación y sostenibilidad.
– En un contexto más global, ¿las superciudades cómo se vinculan con las grandes áreas metropolitanas como lo son el Gran Santiago y el Gran Concepción?
-Las superciudades, es decir, las ciudades con proyecto y visión inteligente de futuro, no compiten con las grandes metrópolis; se conectan y complementan con ellas. En un mundo global, el valor está en las redes. Chillán puede articularse como nodo especializado en agroalimentación, innovación y cultura dentro del sistema chileno de ciudades, complementando al Gran Santiago y al Gran Concepción. La fortaleza está en la cooperación multinivel, donde las grandes áreas metropolitanas y las ciudades intermedias generan sinergias en lugar de duplicidades.