Eran las 10.00 de la mañana del 17 de marzo, y la doctora Marta Bravo, seremi de Salud de Ñuble llamó personalmente a su colega, el doctor Igor Gebauer, para informarle que su PCR había resultado positivo y debía comenzar una cuarentena, junto a toda su familia.
Así, el urólogo se transformaba en el primer médico contagiado en Ñuble. Y como muchos de los primeros casos positivos en Chillán, se contagió en un gimnasio de avenida Schleyer, en el que también era usuario el primer caso que detectado en la región.
“Yo supe lo del brote en el gimnasio y me fui a hacer el PCR. Y di positivo. Lo extraño fue que si la seremi me llamó a las 10 de la mañana, ya a la una de la tarde, por todas las redes sociales andaba circulando mi nombre, con mi foto, el lugar donde trabajaba, junto con el de otro colega que también se contagió”, comenta el médico, quien agrega que “lamento lo vivido por el joven que sin querer se transformó en el caso cero de Ñuble y de mi amigo Javier dueño del gimnasio quien como tantos ñublensinos vieron truncados sus planes y sueños por esta nueva enfermeda”.
Y en las redes sociales, se dijeron barbaridades respecto a cada uno de los primeros contagiados con “nombre y apellido” que se filtraron a las redes y a los medios. “Hasta dentro del mundo de la salud vimos mucho desconocimiento. Se actuaba con mucha ignorancia, de hecho, la cantidad de funcionarios que dijeron que habían estado en contacto estrecho con nosotros eran cerca de 500, entre médicos y otros profesionales, y se generó un tremendo impacto cuando luego se enfermaron algunos tecnólogos y unas enfermeras, porque había muchos que iban a ese gimnasio”.
También las redes sociales fueron usadas para una suerte de sutil hostigamiento en contra de su hijo. “Én los whatsapp del colegio, había apoderados poco menos que exigiendo que se dieran los nombre y se les olvida que todo eso es confidencial”.
Tras recuperarse, comenzó una intensa labor para atender pacientes de Covid-19. “La mayoría es gente joven, y lo primero que les digo es que estén tranquilos, que no se asusten, porque llegan muy estresados. Creo que aquí la labor de los medios de comunicación quedó al debe, porque al principio, en vez de informar y educar a la gente, se dedicaron a infundir miedo”.
Sin duda, lo social, el que muchos de sus colegas se alejaran de él, incluso después de recuperado, fue una travesía más compleja que la que le propuso la enfermedad. “Y es evidente que si yo me hubiese contagiado hoy, a nadie le hubiese llamado la atención”.
Y agrega por último que “sentir la responsabilidad de contagiar seres queridos no te deja ajeno al más profundo cuestionamiento, pero a la vez nos sirvió como familia para entender la responsabilidad que involucra esta vivencia y asumir el desafío de trabajar en primera línea a pesar de la gran exposición mediática vivida”.
La rabia misma
El 20 de marzo, Carabineros Ñuble informaba sobre la detención de una persona que había quebrantado la cuarentena. Y la noticia se replicó por medios locales y nacionales, como biobiochile, emol o La Tercera.
Se trataba de un obrero avecindado en la ciudad de San Carlos, quien se encontraba operando en una faena ubicada en la calle Vegas de Saldías con Yerbas Buenas, donde se edifica el futuro Centro de Justicia de Chillán, obra en la que se detectó un caso positivo y muchos de los trabajadores debieron ser mandados a cuarentena obligatoria, conforme a los protocolos de salud.
A diferencia de lo que sucede hoy en día, en que las personas detenidas por no respetar sus cuarentenas suman centenas en el país, el caso de este obrero se amplificó de tal modo, que desde la intendencia de Ñuble anunciaron una querella en su contra, y las redes sociales no demoraron en dar su veredicto.
En cuestión de horas, su foto, nombre y hasta su dirección estaban circulando junto a cientos de comentarios insultantes en su contra.
Pero fue su pareja, Nataly, quien dio la cara y publicó en las mismas redes sociales, una versión alternativa y muy distinta a la entregada por la policía.
“Ellos llegaron con varias patrullas y se bajaron con trajes especiales, realmente fue un tremendo escándalo. Como si fuéramos narcotraficantes”, dice.
Su versión es que “a él se le dijo que había una persona enferma en su trabajo, pero nadie nos dijo que teníamos que hacer cuarentena. Incluso él llamó a Carabineros, pero nadie le dio una respuesta, por lo que fue a Chillán para averiguar qué estaba pasando y eso fue todo. Nosotros no estábamos contagiados, pero la gente nos trató pésimo, eran la rabia misma”, relata.
Recuerda que en esos días, los vecinos pasaban por fuera de su casa apuntándola, comentando sobre ellos. Y las redes sociales no paraban.
“A veces, venían los carabineros a fiscalizar que estuviéramos, y cuando se iban, se sacaba los guantes que andaban trayendo, y los dejaban tirados en la entrada de la casa. No podemos salir ni siquiera a comprar, por eso a veces viene un tío y nos deja cosas en la reja”, recordó.
La reflexión final es la misma, siempre. Si hoy hubiese quedado en cuarentena, y no en marzo, nada de eso les habría pasado.
Y hay gente que no cree
La sicopedagoga Carol Lagos, también fue una de los primeros contagios confirmados en Ñuble. A diferencia del doctor Gebauer, ella no tiene claro el cómo ni el cuándo se contagió. Pero ya había visto en las noticias y en las redes sociales como de mal trataron en Ñuble a los primeros contagiados, a esos que “funaban” en redes sociales, a los que los familiares le dejaban bolsas con enseres en las rejas de la casa y se iban, por lo que trató de encerrarse y no saber nada de nada.
“Pero es casi imposible, porque todos los días iban camionetas con el logo del Servicio de Salud con un militar, día por medio, para ver si estabas o no en tu casa, y así es como algo que se supone debe ser confidencial, se termina sabiendo por todo el barrio en cosa de minutos”.
Para su cumpleaños, el 4 de mayo, coincidió con su alza de cuarentena. “Y el 7, falleció un tío y tuve que llevar a mi mamá al funeral, pero algunos familiares y personas cercanas que sabían que yo estuve con el virus, se alejaban de mí”.
“De verdad me cuesta creer que haya gente que piense que lo del coronavirus es un invento”.
Lo anterior, ante personas que han planteado por redes sociales, que el coronavirus es un invento del “sistema”, un mero experimento económico y social.
“Yo tengo mi postura política definida (es PPD) y puede que esté en desacuerdo en muchas cosas con este Gobierno, pero me da rabia que lo anden diciendo, porque hay miles de personas que lo hemos padecido y más de 12 mil personas en el país que han muerto a causa de esto. Pero es indignante la liviandad con la que muchos se lo toman”.
A modo de ejemplo, explica que “un día fui al centro en auto y vi tanta gente, que no atreví a bajarme. Si esto no es algo simple, por ejemplo, después del virus muchos quedan con secuelas, y yo quedé hipertensa. Hay gente asintomática que sigue contagiando, y gente que cree que esto es mentira y se exponen de manera irresponsable”.
Volviendo al doctor Gebauer, el galeno explica que ciertos síntomas propios del coronavirus son, aparte de la fiebre o el dolor de garganta y las dificultades respiratorias, tan propias de muchas gripes y otros virus conocidos, la pérdida del olfato y del sentido del gusto, que suele presentarse por uno o dos días de manera intensa en los contagiados.
“Yo no conozco enfermedades que provoquen esos síntomas, salvo en casos de personas que padecen ciertos tipos de cáncer y estos efectos tienden a ser permanentes, y no pasajeros como en el coronavirus”, explicó.
No hay dobles lecturas
Chillán- no se puede olvidar- comenzó como uno de los puntos con mayor tasa de contagios a nivel nacional. De hecho, fue la segunda más alta, hasta las primeras semanas de abril y hoy está entre las cinco con las tasas más bajas.
Los aplausos de las autoridades van en general al personal de la salud de esta comuna y de toda la región.
Y en ocasiones a una suerte de “buen comportamiento” de las personas por haberse tomado con algo más de madurez el proceso, que sin embargo, tras la celebración del Día del Niño, generó ese rebrote que hoy, nuevamente, nos tiene en cuarentena.
“Creo que el trabajo del personal de la Salud, el Ejército, Carabineros, la PDI ha sido de enorme valor, pero que a ratos es incomprendido por la comunidad, sin embargo sin ellos, hoy habríamos estado en una situación caótica”, dijo el alcalde de Chillán Sergio Zarzar, quien se sumó a esos cientos de llamados que piden responsabilidad y madurez.
En tanto, la doctora Marta Bravo, Seremi de Salud, explicó que la curva de contagios en Ñuble ha sido fluctuante.
“Con una transmisión comunitaria que es inevitable, pero también condicionada a acciones evitables que solo han duplicado los casos, con reuniones o celebraciones familiares”, apunta.
“Por ello, insistimos en el autocuidado y autodisciplina, tener menos movilidad social es complejo, pero hay que sopesar: salgo y me expongo más a un virus que no tiene cura, y que puede ser mortal, o me cuido y me abstengo de realizar actividades que pueden ser riesgosas. No hay dobles lecturas, sin duda, es mejor cuidarse”, añadió.
Las autoridades ya han realizado más de 12 mil PCR para lo que llaman “búsqueda activa”, debido a que se sabe que “hay muchas personas que se ven sanas pero que están contagiado al resto”, acotó el intendente, Martín Arrau.
El intendente, recordó que hubo momentos en que se llegó al 6% de de positividad, “pero hoy ya ha ido bajando, y estámos más cerca de un 2%, y esos son algunos números que nos hacen ver que podemos seguir bajando los indicadores”.