Señor Director:
Frente a la pandemia y restricciones chillanejas del uso del automóvil, no existe claridad, algunos creen que limita el acceso a la calle y en efecto a la pandemia, otros creen que no porque la locomoción pública es una condición favorable a expansión del COVID 19. Por otro lado, algunos creen que se es más feliz en automóvil.
Dos reflexiones al respecto:
1. Creo que caminando emerge la tristeza y en auto se olvida en la mecánica extendida del cuerpo y la mente.
2. Sin embargo, en Chile de hoy donde el auto es un medio extendido a la amplia y ambigua clase media, limitarlo frente a la locomoción pública en medio de la pandemia, es un error de los que mandan y no saben qué hacer. Eso está ocurriendo en Chillán.
De alguna manera el auto en este momento es una extensión de la casa y la locomoción colectiva es la calle misma. En tiempos mejores, la locomoción pública es recomendable y beneficiosa para la mayoría, pero requiere ser sanamente planificada considerando todas las incidencias o factores. Pero, en Chillán ésta disputa entre ambas tiene una razón peculiar del vivir y hacer chillanejo, inserto en una cultura campo-ciudad.
Rafael Galdames Fuentes
Sociólogo y Magister en Ciencias Sociales