Señor Director:
Actualmente, el diálogo se ha vuelto algo agobiante en el entorno familiar; y como consecuencia de la pandemia, esto ha ido en aumento.
La obligación de pasar más tiempo con quienes viven bajo nuestro mismo techo ha deteriorado las ganas de escucharse e incluso llegando al punto de no tolerarse, cosa que se ha visto reflejada en las solicitudes de divorcios nuevas, por ejemplo.
Es básico para desenvolverse adecuadamente en la sociedad que en las familias exista momentos para comunicarse, pues esto ayuda a conocerse mejor entre los integrantes que la componen. Este es el primer lugar donde los niños comienzan a desenvolverse verbalmente, y es de suma importancia que sus tutores le ayuden, además de crear un ambiente óptimo, pues será necesario para comunicarse con gente externa a los padres.
La tecnología también ha influido en esto, pues nos hemos vuelto dependiente de los dispositivos móviles, inclusive convivimos con la primera generación en nacer con un dispositivo táctil en mano.
Es increíble que vivamos con gente y crucemos tres palabras en el día con ellos, pero luego tomamos el móvil y hablamos con la gente que se encuentra lejos, despreciando a quienes tenemos a nuestro lado.
No es necesario estar todo el día acompañado, pero darse instancias para compartir nuestros sentimientos o pensar con quienes vivimos nos ayuda anímicamente, después de todo el ser humano es un ser social ¿Será humano aquel que se abstiene de hablar con un otro? Quizá lo que sucede, es que el diálogo este evolucionando a la par de la sociedad, y que poco a poco el concepto con el cual lo definimos se vuelva obsoleto a la nueva realidad.
Dominique Carrasco, Matías Venegas, Benjamín Elgueta
Alumnos Colegio Polivalente Enrique Salinas Buscovich