La tasa de desocupación en Ñuble alcanzó un 10,7% en el trimestre móvil abril-junio de 2024, según informó ayer el INE, lo que representa la cifra más alta de los últimos cuatro años. Fue en julio-septiembre de 2020, en plena pandemia, cuando la región llegó a un 10,8% de desempleo. El guarismo representa un alza de 1,1 puntos porcentuales en comparación con igual trimestre de 2023, un año que, como se recordará, fue muy malo para el empleo, debido al impacto de los incendios forestales y las inundaciones. En tanto, si se compara con el trimestre marzo-mayo de 2024, se observa un incremento de 0,5 puntos.
Con este dato, Ñuble se mantiene como la región con mayor desocupación del país -por tercera vez consecutiva- y confirma la tendencia al alza del indicador, a diferencia de lo que ocurre a nivel país, pues el informe del INE mostró que el promedio nacional alcanzó un 8,3%, anotando una baja de 0,2 puntos en 12 meses, registrando la cuarta caída consecutiva del indicador.
En el análisis por actividad económica, se observa que la baja en los ocupados se explicó principalmente por construcción (-11,2%), agricultura (-4,9%), enseñanza (-6,1%), turismo y gastronomía (-15,9%) e industria manufacturera (-2,4%).
El incremento del desempleo en la región está directamente relacionado con la matriz productiva, el capital humano, la escasa inversión y la evidente brecha en materia de infraestructura respecto al resto del país, por ejemplo, en transmisión eléctrica, en embalses y riego, en vialidad y en conectividad digital.
Lamentablemente, pese a que el diagnóstico es compartido tanto por los gremios como por las autoridades regionales, no parece existir una voluntad compartida por enfrentar con acciones concretas y sistemáticas este rezago, que se expresa, por ejemplo, en la mayor tasa de pobreza del país (12,1%), en el ingreso laboral promedio más bajo ($566.648), en la menor cobertura de pavimentos (35%) o en la segunda tasa de penetración de internet más baja (33,8%), entre otros indicadores.
Ñuble, pese a sus ventajas comparativas para el desarrollo de diversos rubros, como la agricultura, la agroindustria, la logística, la generación de energía, los servicios y el turismo, es menos competitiva en razón de su rezago, y mientras ese escenario se mantenga, no será capaz de capitalizar esas ventajas y atraer las inversiones necesarias para generar más y mejores empleos.
Se requiere, por tanto, un gran acuerdo regional, liderado por su máxima autoridad, impulsado por todos los gremios empresariales y organizaciones de trabajadores, apoyado por todos los alcaldes y parlamentarios, que levante las demandas críticas sobre las que existe un amplio consenso, con una sola voz, en la forma de un plan especial para Ñuble, que no se transforme en un saludo a la bandera ni en un compilado de proyectos que ya están en marcha, sino en una planificación de corto y mediano plazo, de las nuevas inversiones habilitantes para hacer de Ñuble una región próspera.