Señor Director:
El sistema de Naciones Unidas tiene nuevamente un desafío para mantener la paz y estabilidad en el mundo, el despliegue bélico desencadenado en Ucrania por la Federación Rusa; un conflicto que nos trae amargos recuerdos históricos, como pasó con la organización antecesora de la ONU, la “Sociedad de las Naciones” o Liga de las Naciones creada posterior a la Primera Guerra Mundial, donde a inicios del siglo 20, cuando las potencias europeas y asiáticas iniciaron un expansionismo no supo dar una sólida respuesta al actuar bélico y terminó careciendo de autoridad. El desafío del sucesor organismo supranacional es frenar una guerra a gran escala y tomar medidas severas para los agresores. Si algo podemos observar en la historia humana es que ésta, al parecer, es cíclica y en ocasiones ciertos patrones se repiten, el pasado se puede reflejar en la actualidad con las Naciones Unidas donde este organismo está en su momento de mayor tensión y no debe cometer los errores y omisiones de su predecesor, acciones que desencadenaron en la guerra más sangrienta de nuestra historia, la Segunda Guerra Mundial.
Javier González Barría