El 2023 fue un año intenso para los gobernadores regionales. Al ser una institución nueva, los ajustes han sido inevitables, y tampoco han estado lejanos a los escándalos del mundo de la política.
También han debido lidiar con una agenda descentralizadora que parece avanzar con fórceps, y que debido al caso Convenios, se ha visto afectada.
En Ñuble, la máxima autoridad, el socialista Óscar Crisóstomo, hizo un balance del año que se va.
-En general, ¿Cómo evaluaría el 2023 para los gobiernos regionales, y específicamente para Ñuble?
– Fue un año muy intenso, marcado por las emergencias, lo que sin duda condicionó nuestro trabajo y parte de las inversiones que se destinaron para mitigar sus efectos. Una etapa donde quedó claro que los gobiernos regionales lideramos muchas de las gestiones, y en nuestro caso, ejecutamos programas que nos permitieron llegar con soluciones inmediatas a los afectados, y articular junto a los alcaldes el levantamiento de sus necesidades más inmediatas. Y quizás, fruto de esa experiencia, más el trabajo que veníamos realizando desde el 2022, permitió que éste fuera un año donde consolidamos la descentralización y el trabajo en equipo con las comunas, lo que ha sido muy satisfactorio. Por otra parte, encabezamos las gestiones para destrabar temas urgentes y pendientes para la región, como la transmisión energética, la Escuela de Formación de Carabineros, el Centro de Formación Técnica Estatal y el Paso Fronterizo Minas Ñuble; todos anhelos y necesidades que requerían de la atención por parte de las autoridades.
– El aumento del FNDR para Ñuble fue de los más altos del país. ¿Es suficiente? ¿O es necesario implementar algún tipo de plan especial de apoyo en la región, dados sus altos índices de pobreza?
– Nunca es suficiente cuando se trata de una región con tantas necesidades, sin embargo, valoramos el presupuesto histórico que obtuvimos y el incremento de recursos que hemos tenido a lo largo de estos últimos años. Ñuble ha demostrado eficiencia en la ejecución presupuestaria, y que cuando los recursos se distribuyen en forma equitativa en el territorio, se responde mejor a las necesidades de las comunas.
– Recientemente anunció que para el 2024, se aumentarán en 400% los recursos para los municipios. ¿Ha mejorado la cartera de proyectos de estos? ¿Habrá acompañamiento técnico desde el Gore?
– Este año reforzamos el equipo de preinversión, lo que nos permitió pasar de ejecutar 37 a 92 proyectos FRIL, iniciativas que presentan las municipalidades, lo que significó que triplicáramos los recursos, dándonos la seguridad de contar con un marco presupuestario que aumenta en un 400% para las comunas este 2024. La cartera de proyectos ha mejorado sustancialmente, y estamos dando respuesta a diferentes necesidades, especialmente en materia de seguridad, salud, deporte, recuperación de espacios públicos, a lo que sumamos el trabajo de preparación para escenarios de emergencia donde hemos invertido en las 21 comunas.
Polo de Salud
– ¿Qué efectos concretos ha comenzado a notar la comunidad ñublensina gracias al fuerte énfasis en materia de salud que ha puesto este año el GORE? ¿Cuál será la trascendencia de contar, a partir del próximo año, con una Escuela de Medicina en la región?
– Definimos que la salud era una prioridad y entendimos que debíamos hacerlo de manera integral pensando en mejorar la calidad de vida de las personas. Por eso implementamos programas para apoyar con cirugías a casi mil mujeres y niños; o la atención pediátrica, realizada durante el invierno; iniciativas que tuvieron efectos inmediatos, donde el Gobierno Regional, en concreto, aportó a la solución de un problema de salud. Lo mismo ocurre en el caso de la entrega de ambulancias, minibuses inclusivos y el equipamiento para los hospitales, donde la comunidad ya es testigo, que gracias a estas iniciativas, existe un avance hacia una salud más cercana y oportuna, que es nuestro objetivo. En cuanto a la infraestructura, sabemos que se trata de procesos más largos, pero las obras ya se han iniciado y en muchos casos los diseños están terminados, incluso hemos inaugurado reposiciones en postas rurales, y en el Hospital de Chillán, donde financiamos una mejora sustantiva en los espacios de atención. Asimismo, ya están en marcha otros siete centros de salud que cuentan con financiamiento regional para su ejecución. En cuanto a la carrera de Medicina en Ñuble, tendrá un efecto importante para la región en dos grandes áreas. Un aporte a la salud por cierto, pero también en educación, porque se abre una gran oportunidad para que nuestros jóvenes puedan estudiar acá, sin tener que migrar a otra zona, con todo el costo económico y emocional que eso implica.
– En la ley de Presupuesto 2024 se pusieron más condiciones para aprobar proyectos, entre ellas, que los consejeros cumplan con un rol más activo. En la práctica, ¿Eso dificultará la rapidez con que se entregan soluciones? ¿O era una medida necesaria?
– Es un cambio que compartimos y valoramos, porque permite hacer aún más participativa la toma de decisiones en la gestión. Nuestra preocupación está más bien en la burocracia que otro tipo de medidas pueden tener para la ejecución del presupuesto, donde hay una tendencia a ralentizar la respuesta que podemos entregar a la comunidad. Con esto me refiero a aquellos mecanismos que intentan volver a centralizar decisiones, donde aún no existe claridad si existirá la capacidad de respuesta para ser nuestra contraparte en la evaluación de iniciativas y proyectos. Confiamos, y así lo hemos manifestado, que toda medida que se oriente a mejorar el control, conserve también el principio de eficiencia, porque de lo contrario, será la comunidad la afectada con mayor burocracia y, por ende, procesos más lentos, algo que desde los gobiernos regionales hemos luchado por agilizar, pues estar más cerca del territorio nos obliga también a ser proactivos en la respuesta que entregamos.
– ¿Afectó el caso Convenios la agenda legislativa pro descentralización?
– Hubo un primer impulso, con señales muy contradictorias que afectaban fuertemente el proceso de descentralización. Afortunadamente, reconozco que en las conversaciones que sostuvimos desde la Asociación de Gobernadores con el Gobierno Central, fueron atendidas la mayoría de nuestras observaciones, sobre todo, aquellos ámbitos que no permitían avanzar hacia la entrega de mayores competencias a las regiones. Tal como ha ocurrido en otros países, los procesos descentralizadores tienen altos y bajos, porque entregar más atribuciones es un ejercicio complejo, que tiene detractores en aquellos que intentan retroceder cada vez que el sistema necesita un ajuste y bajo el pretexto del control, pretenden concentrar la toma decisiones. El Chile centralizado tiene aún muchos interesados en no perder los espacios de poder.