Maximiliano Palma (16), destacado atleta y campeón nacional en el salto con garrocha del Club Atlético Quilamapu de Chillán, nunca se imaginó que las soñadas vacaciones de verano junto a su familia en España, se transformarían en la puerta de entrada del maldito e invisible Covid-19.
Fue el segundo caso de coronavirus en la Región de Ñuble y luego resultaron contagiadas su hermana Trinidad y su madre.
Tras hacer dos cuarentenas y superar la enfermedad, el joven atleta de tercero medio, ya recuperado, relata su experiencia a La Discusión.
“El último día antes de venirnos tuve muchos escalofríos. No tenía apetito, ya en el avión se me apretaba más el pecho y tuve fiebre. Cuando llegamos al aeropuerto, nos llevaron a una sala aparte, nos midieron la temperatura y nos preguntaron los síntomas, después de eso nos dejaron tomar el vuelo a Concepción. En ambos vuelos estuve con mascarilla todo el viaje y mi familia igual. Viajamos a Chillán con mi abuelo que nos fue a buscar en auto. Al llegar, nos llamaron de la Seremi de Salud y nos dijeron que teníamos que irnos de inmediato al hospital. No pasaron de inmediato a una sala de aislamiento y nos tomaron todos los exámenes. Como había tenido fiebre y la doctora escuchó ruidos en el pulmón me dejaron hospitalizado dos días a la espera de los resultados, cuando llegaron me llevaron a mi casa en ambulancia y le dieron a mis papás todas las indicaciones y cuidados”, detalla “Maxi”.
“Estaba desanimado”
Ahí comenzó la pesadilla para Maximiliano. Tuvo que confinarse en su pieza. Estaba bajoneado y triste cuando hablar de coronavirus en Chillán era sembrar el miedo y el rechazo. Se distrajo viendo series y escuchando música.
Hizo dos cuarentenas, ya que luego resultaron contagiadas su hermana y madre, pero al menos ahí pudo distraerse con ellas jugando cartas, tocando guitarra y estudiando.
“Ahora que estoy de alta me siento más feliz y con más ánimo, también con más libertad, después de 45 días aislados pudimos salir a comprar cosas básicas”, cuenta Palma, quien en España visitó el Banco Nacional de España, donde se grabó gran parte de la serie “La Casa de Papel”, serie de la cual es fanático. Razón por la cual, hace algunos días, a través del programa “Abrazo en línea” de Canal 13, vio a los actores españoles, Fernando Soto e Itziar Ituño, que sufrió también Covid-19.
Su pasión
Echa de menos entrenar en la pista, saltar con garrocha y compartir con sus amigos. Por ahora entrena en casa con planes que le envía su entrenador Emiliano del Pino.
Tras superar la pesadilla del Covid-19, le envía un mensaje a los jóvenes que no han tomado conciencia en medio de la pandemia.
“Que sean conscientes porque no es grato contagiarse y depender hasta para servirte un vaso de agua, porque si tocaba algo había que desinfectar altiro, les diría que usen los elementos de protección como las mascarillas y salgan solo para lo de verdad importante y que al no respetar la cuarentena le hacen más daño al resto que a sí mismos, como a sus abuelos, familiares o a cualquier otra persona”, advierte.
“Maxi” confiesa que la batalla que ganó, le sirvió para mejorar como persona, ser agradecido y valorar a toda la gente que lo ama.
“Esto va a pasar, hay que ser agradecido”, sentencia.
