Señor Director:
El giro que nuestro planeta ejerce sobre su propio eje está determinado, en parte, por la distribución de las masas alrededor del globo, de la misma manera que el invariable giro de un trompo está determinado por su forma circular y masa homogénea. Al respecto, el derretimiento glaciar y el bombeo indiscriminado de aguas subterráneas alrededor de la Tierra está alterando la distribución del agua en el planeta, a tal extremo que el propio eje de rotación está trasladándose a velocidades nunca antes vistas desde hace tres décadas.
El actual proceso de calentamiento global antrópico ya no es solo ecocidio o genocidio en muchas regiones; es mucho más que eso. Cada año estamos peor y no hacemos nada al respecto. Esto es responsabilidad de todos y todas, y no solo de los gobiernos actuales.
Pablo A. Garcia-Chevesich, Ph. D.
Hidrólogo