El Gobierno de Egipto ha vuelto a asumir las labores de mediación en busca de una posible tregua entre las milicias palestinas y las fuerzas de seguridad israelíes, tal como ya ocurriese en crisis anteriores, si bien por ahora ninguna de las partes se estaría planteando un alto el fuego inminente y el Ejecutivo de Benjamin Netanyahu estudia incluso una ofensiva terrestre en la Franja de Gaza.
Egipto comparte frontera tanto con Israel como con la Franja de Gaza y su relación con ambos territorios ha sido tradicionalmente clave para calmar los ánimos en momentos de máxima tensión. En esta ocasión, una delegación ha viajado primero a Gaza y luego a Tel Aviv, localidad a la que ha llegado este jueves, según una fuente de seguridad citada por la agencia de noticias DPA.
La misión de El Cairo tiene como objetivo no solo que las partes pacten un alto el fuego, sino también plantear a Israel una posible moratoria de los desahucios de familias palestinas en el barrio de Sheij Jarrá, en Jerusalén. Los planes para reubicar a judíos han sido uno de los detonantes de la escalada de choques, que se han extendido por distintos puntos.
El ministro de Exteriores egipcio, Samé Shoukry, se ha pronunciado públicamente en contra de estos desahucios y de la represión ejercida en la Explanada de las Mezquitas por parte de las autoridades israelíes, dejando claro que “Egipto no se quedará parado ante lo que está pasando en la Ciudad Santa”, según el periódico estatal ‘Al Ahram’.
El cruce de ataques a ambos lados de la frontera de la Franja está considerado el más grave desde 2014, cuando las autoridades israelíes lanzaron la operación ‘Margen Protector’. Más de 2.000 palestinos, en su mayoría civiles, y unos 70 israelíes, principalmente militares, perdieron la vida en este conflicto, que concluyó precisamente con un acuerdo de alto el fuego pactado con la mediación de Egipto.
El papel de EE.UU
También el Gobierno de Estados Unidos ha confirmado el envío a la zona de un enviado, Hady Amr, responsable de los temas relativos al conflicto israelo-palestino dentro del Departamento de Estado. El secretario de Estado, Antony Blinken, confirmó el miércoles ante los medios que Amr pedirá presencialmente “en nombre del presidente (Joe) Biden una reducción de la violencia”.
En el caso de Estados Unidos, su intervención viene condicionada por la política marcada por Donald Trump durante su etapa en la Casa Blanca, cuando lanzó todo tipo de gestos y mensajes en favor de Israel, incluido el traslado de la Embajada norteamericana a Jerusalén, en contra del criterio de la ONU y de los propios palestinos.