Señor Director:
Desde que el Ministerio de Educación anunció el adelanto y extensión de las vacaciones de invierno como medida para descomprimir los servicios de urgencia pediátrica, se han expresado opiniones a favor y en contra. Por cierto, una medida destinada a enfrentar la contingencia difícilmente será del todo buena y, sin duda, generará efectos secundarios no deseados. Así, extender las vacaciones provoca un impacto directo en la familia, pues se debe reorganizar para asegurar el cuidado de los niños que permanecerán en sus casas. Esto afecta principalmente a las mujeres trabajadoras quienes, en mayor número, asumen esta función.
Pero la medida también tiene efectos en el proceso de formación, ya se han evidenciado los impactos en los aprendizajes y socialización que ha generado la pandemia en los estudiantes de todos los niveles. Así, extender las vacaciones (siendo una medida que tiene un objetivo válido) implicará un retroceso en el proceso de socialización que se ha estado reconstruyendo en los establecimientos educacionales, lo mismo con la regularización de los aprendizajes, ya sea, como nivelación o ajuste curricular.
Roberto Reinoso Bascuñán
Académico de Educación USS