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Representan experiencias aún menores, pero cada vez encuentran más eco en padres que buscan un educación alternativa para sus hijos.
Y aunque las opciones en Ñuble no son muchas, de a poco, han ido surgiendo proyectos paralelos a los subvencionados por el Ministerio de Educación, que apuestan a otras metodologías de aprendizaje, por sobre las tradicionales pruebas estandarizadas que establece la educación formal.
La realidad de la educación alternativa es palpable en la región. De acuerdo al Seremi de Educación, Felipe Rössler, “durante el 2018 la cantidad de menores de edad que se inscribieron para validación de estudios mediante exámenes libres en la región de Ñuble fue de 219”.
En esta cifra se encuentran estudiantes que si bien no están matriculados en ningún establecimiento reconocido por el Mineduc, no han dejado la escolaridad, solo han optado por un sistema distinto del tradicional.
Waldorf en Chillán
Desde la seremía, también informaron que no contaban con ningún establecimiento que tuviera una metodología educativa diferente a la tradicional reconocido.
Sin embargo en Chillán, puede encontrarse a través de Facebook, instituciones que ofrecen educación alternativa.
El Jardín Infantil “La Casita en el Campo” y el “Centro Educativo El Remanso”, son las instituciones que practican la metodología Waldorf con sus alumnos, la que se basa en la comprensión del desarrollo evolutivo del ser humano, desde la niñez a la primera juventud.
Claudia Prieto, directora jardín infantil, detalla, “La Casita en el Campo”, atiende niños de dos a seis años, mientras el “Proyecto Educativo El Remanso”, acoge a niños de primero a octavo básico”.
“El jardín infantil tiene 56 niños y niñas y 50 familias, el proyecto educativo ‘El Remanso’ son 32 niños y niñas y 29 familias”, detalló Prieto.
Si bien en cada etapa los objetivos son distintos, la metodología se aplica al entregar los conocimientos de todas las materias tradicionales que tiene cualquier establecimiento educativo; matemática, lenguaje, ciencias, inglés, etc., pero es radicalmente diferente en la forma en que se le ofrecen al niño o niña, puesto que los maestros destacan que “todos ellos deben ser entregados por medio del arte”.
“Los niños no tienen calificaciones pero los docentes evalúan su proceso de aprendizaje de manera cualitativa, a través de la observación y el acompañamiento”, precisó Jaime Munita, cofundador de El Remanso.
“En cuanto a los exámenes libres, cada familia decide año a año, si su hijo o hija los rinde”, admitió, “en octavo básico poseen todos los contenidos que el currículo nacional define para la enseñanza básica, de esta manera pueden convalidar esa etapa escolar, rindiendo los exámenes libres de este nivel”, explicó.
Escuelita Feliz
El 19 de marzo, la “Escuela Libre y Feliz Árbol de la Vida”, cumplió siete años de funcionamiento.
Ubicada en el centro de Chillán, tampoco es reconocida por el Mineduc, por lo que sus alumnos también convalidan sus aprendizajes a través de los exámenes libres.
Se trabaja en grupos multigrados, nivel medio mayor, prekinder y kinder, de primero a tercero básico, cuarto básico y de quinto a séptimo básico.
Ellos trabajan la metodología Lefebre Lever, creado por la profesora chilena Verónica Rodríguez, en 2012, que busca educar no solo en lo académico, sino también en lo humano y social, para crear a la postre una sociedad respetuosa y solidaria.
Este método tampoco utiliza calificaciones para medir el avance de sus alumnos, sino la observación directa, acompañamiento y videos, y se implementa en espacios pequeños, como una casa habitación.