Desde que se anunció en julio del año pasado el Plan Paso a Paso para combatir el Covid-19, y pocos días después de que la intercomuna quedara en fase 3, tras lo cual bajó a 2, Chillán y Chillán Viejo han estado los últimos 10 meses sin fines de semana liberados debido a que el territorio solo ha avanzado y/o retrocedido de la etapa de Cuarentena total a la de Transición. El extenso confinamiento ha repercutido en la población de diversas maneras, incluyendo en la salud mental de las personas.
Esta situación ha encendido una luz de alerta de parte los expertos del área de salud mental, quienes han manifestado su preocupación por los efectos adversos que podrían ocasionar en la población, considerando que justamente los días sábado, domingo y feriados, en la gran mayoría de los casos, suelen ser concebidos para el goce y el descanso.
Desde la visión de la psiquiatra, jefa del Departamento de Salud Mental del Servicio de Salud Ñuble (SSÑ), Claudia Quezada, la pandemia y los estados de confinamiento, en general, no solo pueden tener una repercusión negativa en el bienestar, sino también agudizar aquellos estados depresivos o ansiosos en quienes el encierro y la falta de interacción social puede afectarle.
“Es indudable que este tipo medidas, cuyo propósito es sanitario, pensando en el control de una pandemia y la disminución de la circulación viral, pueden tener efectos negativos en la salud mental de la población. Entre los más comunes, se consignan la dificultad para conciliar el sueño, los cambios abruptos de ánimo (como pasar de la pena a la irritabilidad) y la ansiedad gatillada por el miedo a lo desconocido. En estos escenarios, que en muchas ocasiones se tornan inciertos, se pueden provocar alteraciones al ánimo y algunos problemas mayores, en quienes padecen trastornos más severos que podrían verse agudizados por esta causa”, explicó.
“Esto también le pasó a los niños, quienes con el encierro pueden estar más irritables e hiperactivos, lo que sumado a las dificultades que previamente mencionábamos, pueden presentar en los adultos la complejidad de distribuirse las tareas del hogar o las clases online, que en ocasiones generan un clima familiar con mayores tensiones y en algunos casos incluso de violencia y maltrato”, añadió.
Aquellas personas que mantienen una modalidad de trabajo online y que se encuentran en comunas con fase 1 o 2, su salud mental pueden estar más expuesta, al mantener una rutina semanal circunscrita al hogar y sin variaciones significativas.
“El fin de semana es en la mayoría de los casos, el tiempo más propicio para compartir con la familia y con el entorno más cercano. Por otra parte, cuando existen cuarentenas o para las personas que están en teletrabajo, el fin de semana debería marcar una diferencia con el resto de los días y por eso las medidas restrictivas aplicadas en este tiempo, pueden tener un impacto más negativo en la salud mental, al hacer parecer que todos los días son iguales”, indicó.
“La otra pandemia”
Para enmendar este problema, que ha sido denominado por los especialistas del área, como “la otra pandemia”, es recomendable usar la tecnología como aliada y el permiso de movilidad.
Así lo sostuvo la doctora Claudia Quezada, quien señaló que es fundamental no aislarse, y mantener contacto con el entorno, para socializar y compartir experiencias.
“Para esto, lo ideal en cuarentena es utilizar la tecnología, para que en la medida de las posibilidades, nos conectemos por videollamada con nuestros seres queridos, amigos y familia. También sería recomendable utilizar los permisos o el nuevo Pase de Movilidad, para realizar actividades al aire libre, caminar en la calle, plaza, áreas verdes, ya que tanto la actividad física como el contacto con la naturaleza contribuyen a mejorar nuestra salud mental. Es importante enfatizar que estos permisos siempre deben ser utilizados responsablemente y con todas las medidas preventivas”, aclaró.
Finalmente, la psiquiatra del SSÑ enfatizó que es primordial descubrir si estos efectos secundarios en nuestra salud mental, a causa de la pandemia y el confinamiento prolongado, están interfiriendo en el funcionamiento habitual de nuestros días; pidiendo ayuda antes que aquellos signos iniciales se agudicen y se transformen en un problema de salud mental más serio.
“La red de salud mental mantiene la atención continua aún en pandemia, por lo que invitamos a consultar en su Cesfam más cercano u hospital comunitario, ya que la atención primaria es la puerta de entrada a nuestra red, un equipo integral resuelve el 90% de las atenciones. Si el caso es más complejo se presenta a consultoría, que es una instancia en que el equipo de especialidad que apoya al equipo de APS y si es necesario, se realizan derivaciones a dispositivos de nivel secundario como nuestros dispositivos de atención ambulatoria y hospitales de día. También se puede llamar a Salud Responde (6003607777) que cuenta con psicólogos 24/7 para brindar apoyo y contención, además de posteriormente poder derivar a nuestra red”, detalló.
Cansancio pandémico
De acuerdo al diagnóstico entregado por el psicólogo chillanejo, Renzo Jiménez, el largo periodo de confinamiento, ya sea total o parcial en la intercomuna, ha derivado en un problema de salud mental de amplio espectro, por lo que no ocultó su preocupación.
“Los más pequeños se han visto afectados con cuadros de ansiedad y estados depresivos caracterizados por gran desmotivación, resultado en gran parte del confinamiento, la disminución drástica en su interacción con sus otros significativos y las largas jornadas de clases en línea. Esta es una carga estresante adicional para los padres, que ya deben lidiar con las dificultades económicas y laborales de este contexto, que por lo mismo les pueden llevar a reaccionar de manera inadecuada o desproporcionada en el hogar”, analizó.
El profesional de la consulta “Grupo Insight Psicólogos” advirtió que la comunidad está experimentando un agobio frente a la pandemia, que se ha manifestado con una baja adhesión a las reglas que imperan bajo este estado, el que se torna más visible en las prolongadas fases 1 y 2 que se han aplicado.
“La población adulta está sufriendo de mucha ansiedad y el efecto de la fatiga pandémica se está haciendo cada vez más evidente en la negativa de las personas por seguir las indicaciones y restricciones fijadas por la autoridad sanitaria, especialmente en casos como nuestra comuna, que no ha conocido la fase 3 desde el inicio del Plan Paso a Paso, viéndose forzada a llevar una rutina laboral semi-normal de lunes a vienes y a un confinamiento obligatorio en sus únicos espacios destinados al descanso”, expuso.
Desde el Colegio Médico Ñuble reconocen que aunque el deterioro de la salud mental es un problema que se viene arrastrando desde mucho antes de la pandemia, se ha profundizado en el último año producto de las medidas sanitarias.
“Desgraciadamente el tema de salud mental es muy complejo desde mucho antes de la pandemia, y lamentablemente vamos a seguir viendo que se empeora la salud mental. En Chile no hay una política de salud mental”, dijo el doctor Juan Pedro Andreu, presidente del gremio regional.
Considera que las medidas implementadas en los últimos meses para promover la salud mental y minimizar los efectos de la crisis sanitaria no han sido suficientes, y todos los esfuerzos se han dirigido a la contención del coronavirus.
“La pandemia no está para nada controlada, ni a nivel nacional ni regional, y será muy compleja la situación en los próximos días, ya que el fin de semana vamos a comenzar a ver los resultados de las reuniones sociales y familiares del Día de la Madre. El hospital ha reconvertido cuatro veces camas UCI. Es muy compleja la situación, lo único que hay que hacer es llamar a las personas a cuidarse”, subrayó.
Ansiedad y adicciones
El psicólogo del Centro de Especialidades en Salud Mental Comunitaria (Cosam) de Chillán, Pablo Silva Contreras, mencionó que los efectos del encierro, ya sea por estar en la fase 1 de Cuarentena o 2 de Transición ,han desencadenado nuevos casos de ansiedad, adicciones y violencia dentro del hogar.
“En general la incertidumbre y temores relacionados con la pandemia y las restricciones, como forma de control de los contagios, ha conllevado un aumento de nuevos casos y de severidad en la preexistencia de trastornos ansiosos, consumo de drogas y violencia intrafamiliar. En no menor mayoría, los casos de sobrellevar el mismo contagio con algún familiar o bien el vivir el desempleo es otros de los factores a un aumento del estrés y eventualmente los trastornos del ánimo. Lamentablemente, en los nuevos casos, el no advertir el inicio de algún trastorno del ánimo, hace el no acudir por ayuda profesional de manera oportuna”, dijo.
Las medidas sanitarias para evitar contagios por Covid nos hablan del distanciamiento físico y no social, por tanto, recordó que es necesario mantener o fomentar las redes de apoyo familiares y sociales, a través de las distintas plataformas de comunicación para así mantener un canal de ayuda a otros y de contención propia. “Así como también confiar en los distintos programas e instituciones de salud para hacer nuestras consultas y apoyo”, agregó Silva Contreras.
Liberar las emociones
Sebastián Ortiz, psicólogo de la Dirección de Servicios Estudiantiles Campus Chillán UdeC, ha evidenciado un impacto negativo en la salud mental de la población a propósito de la pandemia, por las limitantes impuestas a la cotidianidad que ya no es la misma a la que estábamos acostumbrados.
“En la semana trabajamos, estamos ocupados y el fin de semana en general era un espacio para relajarse, para socializar. Las cuarentenas realmente han tenido un impacto negativo porque somos seres sociales y en el fondo necesitamos los vínculos humanos, vernos con otros y eso se ha visto un poco coartado, y quiero destacar algo y es que no hemos buscado la forma de reemplazar eso, las personas piensan que ya no se juntan tanto con los amigos pero tampoco reemplazan lo que hacían antes por juntas o carretes online”, destacó.
Sostuvo que el permanecer más tiempo en nuestras casas muchas veces genera conflictos en el núcleo familiar. “No es lo mismo estar con las mismas personas todo el tiempo que juntarse con los amigos o hacer un paseo a algún lugar, hace rato ya se veía esto que el compartir ciertos espacios llevaría a conflictos de decisiones, ver qué programa de televisión vamos a ver, hasta conflictos más asociados a la violencia, y todo eso ha ido en aumento”, explicó Ortiz.
El psicólogo expresó que el manejo de las emociones es un factor importante al momento de minimizar los efectos del confinamiento, por lo que se debe estar atento a cómo nos sentimos y cómo estamos viviendo la pandemia.
“Antes teníamos muchas compensaciones, es decir, si nos sentíamos mal emocionalmente podíamos salir el fin de semana a relajarnos y distraernos, pero ahora como no tenemos estímulo nos estamos viendo enfrentados a nuestras emociones y sin poder hacer mucho al respecto. Tienes que tener una vía expresiva, ya no puedes expresar las emociones buscando las gratificaciones sociales, entonces hay que buscar cómo expresar las emociones, y una de esas formas es tener un diario y escribir sin censura, es como un ‘vómito emocional’, es desahogarse”, subrayó.
También se puede descargar y drenar las emociones de manera física con la práctica de deporte, “sobre todo si son con movimientos más descontrolados, como el kick boxing. Hay que entender que las emociones no desaparecen, cuando hay una emoción en el cuerpo la emoción queda ahí a menos que la descarguemos”. Al no descargar las emociones estas se manifiestan a través de síntomas como dolor de cabeza, estómago, entre otros.
Ortiz reiteró que es necesario tener hábitos de orden de los espacios y el tiempo al momento de trabajar. “Estamos en cuarentena, trabajamos muchas veces en línea, que eso no signifique que tu trabajo debe estar en todos los espacios de tu casa todo el tiempo. Tu trabajo tiene que tener el horario de siempre y tratar de ubicarlo en un lugar puntual, porque psicológicamente realmente invade tu espacio personal”, dijo.
Texto: Antonieta Meleán| Susana Núñez