Señor Director:
Recientemente falleció la Dra. Lorena San Martín Palma, una mujer extraordinariamente generosa, gentil, amorosa y sabia.
Creció en el exilio, junto a sus tres hermanas y sus padres, en Europa. Después de recibirse de médico, se especializó en acupuntura y también estudió cómo sanar los cuerpos y la mente a través de fortalecer la energía que todos somos.
Trabajó en el Cesfam Violeta Parra, aliviando dolencias, llenando de fuerza y valor la vida de sus amados pacientes, para lo cual compraba “de su propio bolsillo” los materiales que utilizaba en sus terapias y además, así evitaba que quitaran su programa de ayuda desinteresada a los pacientes de ese Centro de Salud Familiar.
Tuve la suerte y el privilegio de ser su paciente y salir caminando sin muletas de sus sesiones. Alguna vez le dije “tus palabras ayudan a sanar tanto como tus agujas”. Hablaba con fuerza y convicción en lo que hacía, siempre positiva, sonriente y dulce, consciente del bien que hacía.
Su partida ha pasado casi inadvertida, excepto por un sencillo obituario en la Discusión.
Ella merece mucho más espero que no se olvide su grandeza, porque fue un gran ser humano qué iluminó con su Luz la vida de muchos, una mujer imprescindible, cuya ausencia será difícil de superar.
Marie Christell Schweitze