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El lunes marcó el inicio del esperado juicio penal contra el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Corte Suprema del Estado de Nueva York. Este acontecimiento histórico convierte a Trump en el primer mandatario en enfrentar un proceso judicial penal en la historia del país.
Trump se encuentra bajo escrutinio por presuntamente ocultar el pago de 130.000 dólares a la exactriz porno Stormy Daniels, con el objetivo de encubrir una supuesta relación extramarital que mantuvieron una década atrás y así, proteger su campaña presidencial del 2016 cuando se impuso ante Hillary Clinton.
La acusación contra el exmandatario republicano se centra en haber disfrazado el pago a Daniels como gastos legales de la Organización Trump, la empresa familiar dirigida por el multimillonario. Es importante señalar que ni la relación extramatrimonial ni el pago a Daniels constituyen delitos per se. Sin embargo, Trump está siendo juzgado por presuntamente falsificar documentos de su empresa para evitar declarar el reembolso de la cantidad inicialmente pagada por su entonces abogado, Michael Cohen.
Cohen, ahora un enemigo declarado de Trump, figura como uno de los testigos clave de la acusación. Se le imputan a Trump 34 cargos por falsificación de documentos contables de la Organización Trump, relacionados con el intento de disfrazar los pagos a Daniels como gastos legales para “comprar su silencio”.
El encubrimiento de estos pagos podría conllevar una condena de hasta cuatro años de cárcel para el exmandatario. El desarrollo de este juicio será seguido de cerca, ya que podría tener implicaciones significativas tanto para Trump como para el panorama político estadounidense.
Este caso representa un hito en la historia judicial de Estados Unidos y sus repercusiones podrían ser profundas, tanto a nivel legal como político.