Señor Director:
Mucho de lo que ocurre en el Chile de hoy, no es producto de la casualidad. Es consecuencia de una concatenación de hechos ocurridos desde hace dos años, que nos presionan a actuar contra nuestros principios, contra nuestras convicciones, e incluso, contra la ley.
Un reducido grupo se ha apoderado de la verdad, de lo correcto, de la última palabra, a fuerza de intolerancia, falta de respeto y hasta amenazas, disfrazadas de “advertencias”.
Todo este ambiente convulsionado, conduce a una creciente sensación de miedo, que nos va limitando, nos va asustando y nos termina angustiando. En medio de estos ingredientes, florecen el populismo y la corrupción, con su secuela de lacras que dañan de sobremanera a los más pobres.
Está el funcionario que tiene miedo de dar una opinión, por temor a que su jefe lo amoneste o despida. Está el político que aprueba proyectos por miedo a perder votos y no ser reelecto y mantener sus millonarios ingresos. Está el político que es capaz de pasar por sobre las normativas, para no ser víctima de funas de las barras bravas o ser acusado de estar “contra el pueblo”.
En síntesis, el miedo está instalado y es la peor de las compañías.
Es hora de enfrentar y derrotar el miedo. Es hora de recuperar y vivir la plena libertad.
Si a lo anterior le agregamos una dosis de respeto, tolerancia, convicción y coherencia, habremos dado un gran paso en favor de la verdad y el bien común.
Tulio Herrera Garrido