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Señor Director:
¿Sabía usted que Chile es líder mundial en el combate a la desnutrición infantil? Seguramente no, los medios informativos ponen más atención a las malas noticias que a las buenas.
La desnutrición infantil es una de las mayores calamidades públicas. La miseria se inscribe en los huesos y en el alma de los recién nacidos, los condena a una muerte temprana o a sobrevivir condenado al fracaso. En Chile entre 1970 y 2000, un médico puso su talento y dedicación a esta tarea con un éxito que debería convertirlo en un héroe nacional si en nuestro país tuviésemos la grandeza de destacar las hazañas de nuestros mejores hijos.
Estoy presentando al doctor Fernando Mönckeberg Barros, Santiago (1926), biografía que debería enseñarse en los colegios y nombre que debería estar en calles y centros médicos: imposible resumir los hitos más destacados de su trayectoria, por fortuna, tiene dos premios nacionales: Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas (1998) y Premio Nacional de Medicina (2012), grandes reconocimientos de rango internacional, vinculación con centros académicos nacionales y extranjeros, publicaciones en revistas especializadas, en suma, un médico que en su disciplina y por su obra social figura entre los grandes del mundo.
Gabriela Mistral decía “El niño es hoy y no mañana”, a salvar esas vidas en precariedad extrema, este médico ha dedicado su vida y permite que hoy Chile tenga la más baja desnutrición infantil de América Latina, en cifras próximas a los países desarrollados. Merece ese monumento en vida que es la gratitud y el aplauso de sus compatriotas.
A los 97 años, es oportuno rescatarlo y mostrarlo como prueba magnífica en medio de la corrupción, comedia política y delincuencia desatada, hay chilenos que han hecho patria. Si, chilenos grandes como el doctor Mönckeberg, verdadero paradigma ante las nuevas generaciones.
Alejandro Witker
Historiador