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Los diputados británicos sumieron el miércoles en el caos al gobierno de Boris Johnson: le arrebataron su baza negociadora de un Brexit sin acuerdo y le denegaron la tabla de salvación de unas elecciones anticipadas tras la pérdida de su mayoría.
Por 327 votos contra 299, la Cámara de los Comunes adoptó una legislación que obliga al ejecutivo a pedir otro aplazamiento, de tres meses, del Brexit previsto para el 31 de octubre, si no se logra un nuevo acuerdo con Bruselas antes del 19 de octubre.
La madrugada del jueves, Boris Johnson aceptó no obstruir este texto legislativo en la Cámara de los Lores. Su gobierno se “comprometió” a dejar que el texto “siga todas las etapas en curso” en la cámara alta del Parlamento el jueves y el viernes.
“El texto regresará el lunes a la Cámara de los Comunes para otras consideraciones eventuales”, tuiteó el grupo parlamentario del Partido Laborista, principal formación de oposición.
Los opositores a un Brexit sin acuerdo temían una “treta” de los aliados de Boris Johnson para ralentizar el avance del texto en la Cámara de los Lores, pues el tiempo apremiaba después de que el primer ministro decidiera suspender las actividades parlamentarias a partir de la próxima semana y hasta el 14 de octubre, una medida denunciada como “deshonesta”.
Este miércoles, un juez de Escocia la declaró sin embargo “legal”, afirmando que se inscribe en el “dominio de la política y no puede evaluarse con criterios legales sino solamente políticos”. Otra demanda será examinada en Londres el jueves.
La petición de aplazamiento de la fecha del Brexit deberá ser aprobada por unanimidad por los otros 27 Estados miembros de la Unión Europea (UE).
Debilitado por la pérdida de su mayoría parlamentaria y la imposición de un nuevo aplazamiento del Brexit, que según él socava su principal baza para que la UE acepte sus condiciones en una nueva negociación, Johnson contraatacó el miércoles sometiendo inmediatamente su propuesta de comicios anticipados el 15 de octubre.