Diagnóstico revela brechas y oportunidades para impulsar el desarrollo sustentable de la costa de Ñuble
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Tras dos años de ejecución, el programa FIC Costa Ñuble Sustentable, ejecutado por la Universidad de Concepción y financiado por el Gobierno Regional, entregó los principales resultados para potenciar el desarrollo sustentable de la costa y la conservación de su patrimonio natural.
El proyecto permitió tener un diagnóstico actualizado de toda la zona costera, y en su elaboración participaron emprendedores, empresarios turísticos, pescadores, agricultores, dirigentes vecinales y municipalidades. Para su realización se tomaron en cuenta dimensiones ambientales, socioeconómicas y productivas de las caletas de Buchupureo, Rinconada de Taucú, Boca Itata y Perales, permitiendo identificar las brechas, los desafíos y las acciones necesarias para que la costa de Ñuble progrese de manera armónica.
En las caletas, una de las principales brechas es la infraestructura deficiente, en el caso de Perales y Boca Itata es nula, no existe. Hay que dotarlas de servicios sanitarios básicos y mejorar la conectividad vial y digital, para promover el negocio local.
“Si yo quiero impulsar un negocio en una caleta necesito servicios sanitarios mínimos, estructura sanitaria mínima, como el agua potable, el servicio de alcantarillado no existe en las caletas, no hay conexión a internet para poder tener el pago con tarjeta y eso siempre va ser una brecha importante para poder generar negocios, sin embargo, algunas tienen mejor conectividad que otras, claramente Buchupureo y Rinconada, tienen una conectividad vial por lejos mucho mejor que Boca Itata y Perales”, explicó Pablo Carrasco, coordinador del programa FIC Costa Ñuble Sustentable y biólogo marino de la Universidad de Concepción.
La situación de las caletas es diversa pues la costa norte, que comprende Pullay, Buchupuereo, Cobquecura y Rinconada de Taucú tiene un turismo más avanzado y con mejor infraestructura que la costa sur, que abarca a Boca Itata y Perales.
“En Perales y Boca Itata se ve un rezago bastante fuerte todavía, la infraestructura es nula, no hay un malecón de borde costero, no hay acceso. En el caso de Boca Itata ni siquiera tiene acceso, hay que llegar en 4×4, esto está dentro del santuario, justo en la desembocadura del río Itata”, señaló.
A juicio del académico, el rezago de estos sectores está asociado a que los centros urbanos de las comunas de Trehuaco y Coelemu están restirados de la costa y se encuentran inmersos en el secano costero.
“No estoy diciendo que exista despreocupación, pero es un tema territorial. Cobquecura tiene su centro urbano en la costa misma, la municipalidad está en la costa, en cambio, Coelemu es un pueblo desarrollado pero su centro urbano está lejos de la costa, y por lo tanto, ellos no ven la costa todo el rato, entonces, hay un tema de visión territorial que creo que es importante. También hemos generado una alianza importante con los municipios de la costa, donde ellos también han recibido estos comentarios y consejos para tratar de generar algunos planes de acción que les permita impulsar la costa”, sostuvo.
Otro aspecto que resalta el informe del programa FIC Costa Ñuble Sustentable es que aún existe un grupo informal de pescadores artesanales en el río Itata, asociados principalmente a la recolección de orilla y extracción de algas, por tanto, se requiere reconocer y formalizar a estos pescadores, hacer un estudio base que permita cuantificar la extracción real de estos recursos, cuál es su estado de conservación y un plan de manejo de extracción de algas en la Región de Ñuble. Este plan de manejo se hace en conjunto con la Subsecretaría de Pesca y en particular con la dirección zonal de pesca Biobío- Ñuble, con el apoyo de la academia.
Brechas ambientales
En la zona costera de Ñuble, que tiene una extensión de 58 kilómetros, se encuentran áreas protegidas declaradas humedales urbanos y santuarios de la naturaleza. Al monitorear la calidad de sus aguas se detectaron niveles de coliformes por sobre la normal, que pueden ser de origen animal o humano que impiden el uso recreacional de las aguas, por ende, se debe detectar el origen de este problema e implementar medidas de mitigación.
“En el humedal de la desembocadura del río Itata, que es santuario de la naturaleza, y el humedal de Taucú que es un humedal urbano declarado, no en todo el río, pero sí en algunos puntos aparecen niveles de coliformes fecales altos. No podemos decir que todo el río está contaminado, pero si queremos impulsar un turismo, queremos generar zonas de balneario en estos lugares, incluso hay ríos que en el futuro podrían servir para extraer agua potable y para eso tenemos que detectar la fuente y aplicar medidas de mitigación”, indicó Carrasco.
Asimismo, hay un bajo manejo de conservación y sustentabilidad de los humedales al no existir un plan de acción definido para conservar estos espacios naturales.
“El santuario de Itata va a tener su plan de manejo y ahora debería comenzarse a trabajar en el modelo de gobernanza local del humedal de Taucú, eso permitiría hacer algunas acciones más en pro de la conservación de estos cuerpos de agua. El agua en la costa es escasa, a diferencia del río Itata, el humedal Colmuyao y el humedal Taucú, dependen mucho de la cantidad de lluvia que cae en el invierno, de ahí se generan las reservas de agua para el resto del año, y por lo tanto, los veranos son siempre críticos. Entonces si nosotros no tenemos cuerpos de agua bien saludables, ponemos en riesgo la salud de las personas y de todo el ecosistema que está alrededor de estos cuerpos de agua, por eso es que hay que conservarlos”, subrayó.
El manejo de la basura está al debe, especialmente en temporada estival cuando llegan miles de visitantes a la costa de Ñuble, específicamente a Cobquecura, y se genera gran cantidad de residuos.
“Lamentablemente el manejo de la basura nunca es suficiente porque la capacidad de carga no da abasto. Las caletas de Cobquecura o las playas de la zona tienen cierta capacidad y por lo tanto en el verano, cuando aumenta el foco turista los municipios o personas encargadas de esto generan planes de contingencia, pero aun así no dan abasto porque la capacidad de carga no da y es un punto estratégico porque si se quiere cuidar el turismo también hay que generar planes de manejo de los residuos domésticos y que generan los visitantes en la costa porque si no esto va a seguir colapsando a futuro”, señaló el coordinador del programa.
Advirtió que las parcelaciones y construcciones desordenadas y con poca planificación en zonas de dunas son un riesgo para los humedales por la contaminación que generan.
Carrasco afirmó que la costa de Ñuble tiene un patrimonio natural bastante particular y único que se debe potenciar. “Hay mucha gente que le gusta el turismo de naturaleza, el ecoturismo, la combinación que tenemos muchos sectores de playas solitarias, el oleaje que existe en Cobquecura es un oleaje que tiene una demanda potencial mundial. Cobquecura tiene cerca de cinco playas donde se puede practicar el surf con olas de nivel mundial y las olas son parte del patrimonio natural. Tenemos dos santuarios en Ñuble, que están en la costa en Itata y en La lobería de Cobquecura, tenemos también dos humedales urbanos declarados recientemente. Entonces, si nos damos cuenta y miramos la costa Ñuble tiene un patrimonio natural altísimo que tenemos que cuidar, porque ese patrimonio natural se puede transformar en lo que se llama ahora el capital natural. Es de donde yo puedo agarrarme para poder generar desarrollo para estas comunas, los servicios ecosistémicos que me brinda a mí la costa para desarrollar actividades como la pesca, el turismo, emprendimiento, etc”, cerró.
Impulsar y promover la costa
El director encargado del programa FIC Costa Ñuble Sustentable, Renato Quiñones, profesor titular del Departamento de Oceanografía de la Universidad de Concepción, destacó las propuestas que sugiere el informe final del proyecto para impulsar el desarrollo sustentable de la costa de la región.
Lo primero es fortalecer el desarrollo de las cuatro caletas de Ñuble: Buchupureo, Rinconada de Taucú, Boca Itata y Perales, implementar la Ley de Caletas que define el territorio de la caleta y apunta a que los pescadores coadministren ese espacio, mejorar la infraestructura y apoyar la formación de las personas para que puedan sacar un mejor valor agregado a sus productos pesqueros.
Para avanzar en el turismo, aseguró es necesaria la creación de una ciclovía costera que vaya desde Pullay, en Cobquecura, hasta Purema en Coelemu.
“A medida que se va construyendo la carretera desde Dichato hacia Cobquecura se crea una oportunidad muy grande, el ciclismo vinculado al turismo es muy potente en muchas partes del mundo y en zonas de Chile también, entonces si se está haciendo una carretera perder la oportunidad de incorporar ahora la ciclorruta es un error estratégico entonces la carretera debe llevar una ciclorruta y eso va a generar mucho turismo relacionado a la parte ambiental, lo deportivo, es un turismo de especialidad y bien particular”, explicó.
El académico destacó que se debe potenciar la instalación de señaléticas y carteles en zonas de conservación que informen las buenas prácticas y el turismo responsable.
Mejorar el acceso al Santuario de la Naturaleza humedal desembocadura río Itata, habilitar miradores para el avistamiento de aves de manera responsable.
“Hemos dado un paso importante al reconocer la existencia de santuarios de naturaleza y humedales pero falta ahora invertir más recursos del Estado y de los privados para que puedan ser utilizados por el público de manera responsable, y además poder atraer un mayor turismo responsable y sustentable aprovechando este bello patrimonio natural de la zona costera que se suma al más famoso de todos, que es el santuario de la Lobería de Cobquecura, entonces hay una oportunidad de vincular el turismo desde santuario de la Lobería hasta el santuario de Itata pasando por los humedales costeros, por lo tanto hay una bella oportunidad ahí”, precisó.
Si bien la costa de Ñuble es pequeña, en comparación con otras regiones, es una costa con mucha heterogeneidad de paisaje, con actividad deportiva importante como el surf, atractivos de patrimonio natural que permiten desarrollar ciclos de turismo.
El director del programa FIC añadió que “otra cosa que es muy importante para la región en su conjunto es vincular mucho más eficientemente el turismo desde la cordillera a la costa, o sea, lograr tener una vinculación más profunda entre los turistas que van a la costa y a la cordillera porque tienen obviamente atributos distintos que pueden hacer muy atractivos estar un tiempo más largo en Ñuble y aprovechar que en la mañana uno puede estar surfeando en el mar y en la tarde puede estar esquiando en la cordillera, eso no ocurre muy seguido en ninguna parte del mundo”.
El proyecto impulsó reuniones entre las Cámara de Comercio y Turismo de Cobquecura y Las Trancas para potenciar esa vinculación costa-cordillera.
En relación a los aportes del programa FIC Costa Ñuble Sustentable, Quiñones resaltó uno de ellos es el diagnóstico de la zona costera, el monitoreo del santuario La Lobería para asegurar que los censos de los lobos se han mantenido. “En conjunto con Sernapesca, Codeff y la Municipalidad de Cobquecura, se ha estado continuando con todo el trabajo que se hace en el verano para proteger la lobería, Nuestros censos demuestran que hemos tenido más o menos entre 2.500 y casi 4.000 lobos que van, dependiendo de la época del año, a estar en la lobería. El proyecto instaló sensores continuos submarinos frente a La Lobería, así que por primera vez estamos monitoreando variables ambientales que tienen que ver con cambios climáticos para asegurar la sustentabilidad de La Lobería en el tiempo”, explicó.
Destacó la capacitación de 37 personas de la costa de Ñuble, quienes realizaron un diploma en Emprendimiento y Ecoturismo Costero, cuyo contenido abarcó módulo de emprendimiento, desarrollo sustentable, capital social, turismo, innovación y valor agregado. “El proyecto trata también de ir sentando las bases para los emprendedores locales para que logren sacarle mayor provecho al patrimonio natural tan bello a través de un conocimiento más profundo de la actividad turística”, dijo.
También se llevó a cabo un programa de educación ambiental potente, con más de 16 talleres y 20 charlas en colegios y los liceos de Cobquecura, Trehuaco, Coelemu, Pinto, Chillán, Quillón para visibilizar la costa de Ñuble entre los jóvenes. Parte de la difusión es través de material audiovisual que exhibe el patrimonio natural de la costa.
Del mismo modo, el programa FIC permitió la visibilización de otras características de la costa ante las autoridades e instituciones públicas, quienes seguían mirando hacia la cordillera, el valle y la zona central, pero miraban poco hacia la costa, salvo Cobquecura. Ahora la tarea es tomar conciencia de que la costa es también una oportunidad de desarrollo para la Región de Ñuble, y sacarla del abandono, especialmente el sector de la costa sur.