Jaime García camina por la costanera de la playa Copabanca, de Río de Janeiro, en medio de una humedad que agita y un calor que sofoca.
Cae la noche en Brasil y el técnico sale a caminar para distenderse con los integrantes de su cuerpo técnico y para darse un tiempo e ir a saludar a su madre, Eugenia Arévalo, que viajó para ver su estreno fuera de Chile.
Los hinchas chillanejos que viajaron hasta la “Ciudad Maravillosa”, entre caipiriñas y cocos, se acercan al adiestrador para darle las gracias por hacer realidad un duelo: los “diablos rojos” enfrentarán a Flamengo en el estadio Maracaná, por la segunda fecha de la Copa Libertadores, ilusionados con una hazaña.
“Sin miedo”
“Es un rival difícil y duro, pero no le tenemos miedo a nadie y hay que jugar este partido con todo y vivir el momento. Es un momento histórico e inolvidable que no puede quedar ahí no más. Feliz del club que me ha hecho vivir este momento y de los hinchas que llegaron hasta Brasil gastando mucha plata para apoyarnos”, reflexiona García, mientras los hinchas de Ñublense le piden fotos en el caluroso y húmedo Río de Janeiro.
“Feliz de poder dirigir este plantel en este momento. Saldremos a jugar como siempre, pensando en ser protagonista y también con matices. No vamos a renunciar a nuestra forma de jugar con personalidad”, recalcó García, antes de reflexionar sobre la historia y momento del club.
“Yo invito a que no claudiquen que sigan apoyándonos en este momento complejo. Que aguanten un poco más que esto va a pasar, que queremos hacer grande a Ñublense, y le agradezco a la gente que viajó a Brasil y la que no pudo venir gracias por el apoyo”, sentencia García, quien jugaría con un 3-5-2 y tendrá que reemplazar la ausencia de Patricio Rubio, que se perderá de las canchas casi un mes tras lesionarse el codo izquierdo.
Un hincha de Flamengo, vendedor de caipiriñas, advierte: “van a conocer a la gran torcida del cono sur de América, la torcida de Flamengo, que goleará al equipo chileno”.
En Río de Janeiro, en locales comerciales y barcazas, donde se venden las caipiriñas, cuelgan letreros anunciando el partido y el estreno del técnico argentino Jorge Sampaoli.
Pero en el seno de los hinchas de Ñublense poco importa. Acá en Brasil destilan ilusión y García quiere hacer historia.