Señor Director:
El Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) en su último reporte 2023, ratifica que el cambio climático ha alterado los ecosistemas terrestres, de agua dulce y oceánicos en todo el mundo y nos llama a actuar con urgencia. Para la humanidad es fundamental que exista un equilibrio del agua disponible en relación con el consumo, lo que requiere de acciones colectivas e individuales que logren impactos trascendentales.
El cuidado del agua no sólo se aborda desde el control de la demanda, sino también del aseguramiento de su calidad y la recarga de acuíferos. La calidad deriva de la relación básica entre las características naturales de la cuenca y la presión humana en la ocupación de la misma, es decir, el uso del suelo; y ante esto, hay mucho por hacer en el contexto urbano.
Es conocido que la impermeabilización del suelo producto de la urbanización altera el ciclo del agua. De acuerdo al OEHHA (Enviromental Office Health Hazard Assesment, Sacramento, California), esta impermeabilización hace que la escorrentía aumente de 10% a 55% y que la infiltración se reduzca de 25% a 10%. Es entonces muy necesario mitigar estos efectos, por ejemplo, mediante la utilización de materiales en la cobertura del suelo que faciliten la infiltración, la inclusión de especies vegetales de bajo consumo hídrico y la reducción de la evapotranspiración. Estas son decisiones que se pueden tomar hoy, tanto de forma individual como colectiva, y que pueden ser transformadoras.
Margarita Jans
Observatorio de Paisaje y Sustentabilidad UDP