Señor Director:
De acuerdo con las proyecciones poblacionales de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), hacia el año 2050 los mayores de 60 años representarán al 32% del total de nuestra población. Este significativo aumento tendrá como consecuencia una serie de sucesos de los que los profesionales del área de la salud no solo tendremos que hacernos cargo, sino que también podemos ayudar a prevenir.
Desde una primera mirada, es importante destacar que podemos escoger la forma en que vamos a envejecer, puesto que no es lo mismo vivir esta etapa sufriendo múltiples enfermedades, las que pueden llevar incluso a la dependencia, que vivirla en buena forma al amparo de una vejez activa y una sólida red social.
Para lograr un envejecimiento exitoso es que la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible ha propuesto garantías en torno a la realización del potencial y la dignidad de cada persona, en un entorno saludable y donde exista igualdad de oportunidades. De esta manera, se acortaría la brecha que hoy en día provoca que nuestras personas mayores no solo se concentren en los percentiles más bajos de ingresos económicos, sino que también sean mayoría en la pobreza multidimensional.
A partir de este difícil escenario es relevante, desde las políticas públicas de salud, tomar las medidas necesarias con el fin de prevenir en nuestra población mayor las distintas enfermedades crónicas asociadas a la edad, preservando lo que más se pueda en el tiempo sus funciones cognitivas y físicas, y ayudándoles a fomentar la práctica de actividades sociales.
La Asamblea de las Naciones Unidas designó el 1 de octubre como el Día Internacional de las Personas de Edad. Por lo tanto, esta conmemoración nos da la oportunidad de sensibilizar sobre los retos del envejecimiento, y a valorar la contribución que estas personas han hecho y seguirán haciendo a lo largo de su existencia.
Alvaro Plaza
Director Escuela de Fonoaudiología UDLA