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Día Internacional de las Personas con Discapacidad: avances y desafíos para una real inclusión

Con el objetivo de “promover los derechos y el bienestar de las personas con discapacidades en todos los ámbitos de la sociedad y el desarrollo, así como concienciar sobre su situación en todos los aspectos de la vida política, social, económica y cultural”, cada 3 de diciembre desde 1992, se conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.

“Fomentar sociedades inclusivas para el progreso social” es uno de los objetivos de este año en particular, tomando en cuenta que, según cifras de la misma organización, más de 1300 millones de personas, el 16% de la población mundial, padece alguna discapacidad, siendo el 80% de ellas de países en desarrollo. Esto se debe, según análisis de la ONU, al envejecimiento de la población y al incremento de la prevalencia de enfermedades no transmisibles.

La discapacidad puede ser de origen físico, como los problemas con órganos; de origen sensorial, como la pérdida auditiva o la falta de visión; de origen psíquico como la esquizofrenia o la bipolaridad; y de origen intelectual. Su constricción es simbólica, pues incluye condiciones de salud y limitaciones en la actividad, lo que provoca restricciones en la participación de las personas con discapacidad en la sociedad .

Vivir con discapacidad invisible

Cuando una persona utiliza una silla de ruedas o un bastón plegable, su situación de discapacidad es evidente y facilita que quienes la rodean adopten conductas adecuadas, como ceder el paso o el asiento en el transporte público, entre otras acciones. Sin embargo, no todas las discapacidades son visibles. Existen condiciones físicas, neurológicas o mentales que no pueden identificarse a simple vista, pero que igualmente limitan o dificultan las actividades cotidianas de quienes las experimentan. A estas condiciones se les conoce comúnmente como discapacidades invisibles.

Enfermedades como la fibromialgia, el dolor y la fatiga crónica han visto aumento en sus diagnósticos. “También algunos trastornos neurológicos como la esclerosis múltiple y discapacidades sensoriales parciales como los trastornos de la audición y de la visión” están en este grupo, identificó la docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción y Fisiatra, Dra. Patricia Carrasco Retamal.

El dolor interfiere en múltiples niveles, tanto física como mental. “Puede alterar la movilidad, la fuerza, el sueño, el ánimo, la concentración, la memoria, por lo que claramente afecta el desempeño del individuo en todas sus actividades, tanto cotidianas como en las más avanzadas, ya sea en lo laboral, familiar y social”, amplió la especialista.

Es posible encontrar discapacidades respiratorias “como la disnea y el asma, las cuales pueden generar intolerancia al ejercicio, ansiedad al movimiento, disminución de capacidad aeróbica”, detalló el docente de Kinesiología UdeC, Eduardo Reinoso González.

Además, identificó el kinesiólogo, la salud mental como discapacidad invisible constituye una problemática creciente y compleja que afecta profundamente la vida de millones de personas.

“A diferencia de las discapacidades físicas, sus manifestaciones no siempre son evidentes, lo que dificulta su reconocimiento, diagnóstico y abordaje oportuno. Trastornos como la depresión, la ansiedad, el trastorno bipolar o las dificultades severas de adaptación pueden limitar significativamente el funcionamiento diario, la autonomía y la participación social, sin que el entorno logre dimensionar su impacto real”, sentenció.

La causa más frecuente de consulta es el dolor crónico generalizado y sin una causa gatillante que se reconozca. A esto se suma toda la emocionalidad que provoca cumplir roles en diferentes áreas, con la decepción por no rendir como, muchas veces, la sociedad exige.

“Las personas no duermen bien, presentan trastornos del ánimo, ya sea ansiedad o ánimo depresivo, se les olvidan las cosas o tienen baja atención. Todo esto lleva a una actitud catastrófica frente a la vida”, expresó la fisiatra.

Debido a esto nace en Reino Unido la iniciativa “Girasol de las Discapacidades Ocultas” o Hidden Disabilities Sunflower en su nombre original, que “te permite indicar, de forma voluntaria, que tienes una discapacidad no visible. Al llevar el Girasol, simplemente estás comunicando que puedes necesitar ayuda adicional, comprensión o, simplemente, más tiempo”, describe su web. Comenzó como un proyecto en los aeropuertos, pero se ha extendido a otros usos. En Chile, la aerolínea LATAM es la única empresa formalmente participante de este programa internacional, entregando asistencia a quienes portan el distintivo.

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