Señor Director:
Le rindo pleitesía a la mujer, en su día, 8 de marzo: madres, esposas, hijas o amigas con las cuales se vive con armonía día a día.
Con ellas se comparten triunfos o frustraciones, penas y alegrías. Son aquellas mujeres que perpetúan el conocimiento de la Humanidad.
Homenaje a cada una de ellas pues, todo proyectáis a vuestros descendientes, que formarán hombres y mujeres libres, que engrandecerán el destino de nuestra Patria.
La mujer sobresale en la historia, por su lucha, para adecuarse a todas las épocas, siempre triunfadora. Se sieten satisfechas y orgullosas de ser mujeres, siempre sonrientes, dispuestas a poner lo mejor de ellas, para su familia y a la comunidad.
Transmuta con su amor, la llama tormentosa de las pasiones, en luz celestial. Tenéis hermosos atributos que conocemos y que nos habéis brindado, todo vuestro amor, la vida, vale decir, nuestra real razón de ser.
Las mujeres del pasado, como Javiera Carrera V., Mercedes Fontecilla y más, así como las del presente, pueden sufrir el destierro, la reclusión en cárceles o en sus hogares o conventos, pueden perder sus bienes y herencia, su honra a través de ataques a su dignidad, verse despojadas de sus familias y peor aún, estigmatizadas por una sociedad dogmática, aun así, nuestras mujeres hacen realidad sus sueños, sus anhelos, sus deseos de seguir adelante en lo que se proponen, sin claudicar jamás. Es la estirpe de la mujer chilena.
Octavio Campusano Tapia
