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Señor Director:
En el Día Mundial de la Inclusión Social y Discriminación Cero que se celebra este 1 de marzo, debemos incluir en Chile al colectivo social de las personas mayores que sufre diferentes tipos de discriminación.
Uno de los principales, es el relativo a las Isapres, y la norma que impide a las personas mayores cambiarse. Una sociedad que clama y requiere justicia social no debiese permitir este tipo de discriminación abusiva y normativa.
La discriminación por edad -edadismo- afecta a las personas mayores cotidianamente en las interacciones en servicios públicos y trato de los demás. La sociedad debe enseñar a sus niños y jóvenes que al llegar a la edad mayor es una evidencia de muchas y notables capacidades de sobrevivencia en sociedades inseguras como la nuestra.
También, que no todas las personas mayores son iguales, tampoco los adultos o los adolescentes. Así, un trato adecuado hacia el adulto mayor debe ser diferenciado como debe ser con personas de cualquier edad: no todas las personas mayores tienen problemas auditivos, bajo nivel educacional o están enfermos y así las nuevas generaciones deben ser enseñadas.
El edadismo puede ser intencionado (Isapres impidiendo cambios, o empresas que no contratan a personas mayores) o no consciente, por ejemplo, referirse a este grupo etario como jubilados, viejos, abuelitos o en la toma de decisiones familiares y del mundo sanitario o en la administración en que se decide por ellos sin considerar su criterio y autonomía.
La educación formal podrá hacer mucho por derribar estereotipos, y así, terminar con prejuicios y con las discriminaciones hacia las personas mayores. Eso siempre puede ser acompañado por campañas locales o nacionales pro-ciudades amables con las personas mayores.
Emilio Moyano.