Desde que arrancó la vigencia del Estado de Emergencia por la pandemia del coronavirus en Chile, Ñuble y Santiago fueron los principales focos de atención en un comienzo, no sólo porque ambas regiones concentraban los primeros casos de contagio, sino por la cantidad de detenciones diarias de personas que no respetaban la restricción del toque de queda.
De hecho, nuestra región llegó a estar en el tercer lugar nacional con más detenidos y formalizados por incumplir la normativa sanitaria, siendo el mes más crítico, el de mayo, con un promedio de 47,7 personas arrestadas por estar en la vía pública pasada las 22.00 horas y con fines de semana que superaban los 300 casos.
Tras casi seis meses de restricciones, por primera vez, la tasa de detenidos comenzó a bajar de manera clara, y hasta ayer, 19 de agosto, el promedio en lo que va del mes es de 26,1 arrestos, siendo la menor tasa desde el mes de abril, que registró un promedio de 24,6 casos.
Desde la Intendencia, el coordinador regional de Seguridad Pública, Alan Ibáñez, evitó conjeturas y aclara que “eso no significa que los controles y las fiscalizaciones hayan bajado, al contrario, tanto en el centro como en las zonas periféricas, el Ejército y Carabineros han mantenido las frecuencias de patrullajes”.
Razón multifactorial
Para Ibáñez, una de las razones que explicarían este fenómeno pasa “porque la gente ha ido tomando conciencia, y a ha escuchado el mensaje de las autoridades y de todos los sectores sociales para quedarse en casa y asumir un rol de protección preponderante de nosotros mismos”.
Para el sociólogo Mauro Alfaor, lo anterior “es probable, ya que siempre hay un plazo de tiempo necesario para que las personas absorban aquellos mensajes que apuntan a un cambio de conducta de la sociedad, porque nunca es automático, y aquí la repetición de mensajes como el quedarse en casa, lavarse las manos o no salir de noche, puede que ya empiece a hacer efecto”.
Alfaro añade que “otras variables también deben ser consideradas, como la constatación de personas fallecidas, o las medidas punitivas y represivas de las que también se ha hecho cobertura”.
Para el sociólogo Juan Cristóbal Torres, “no se puede perder de vista que existe una relación entre una parte de esos detenidos y la delincuencia. Y ahora, luego que el Estado ha entregado bonos y ha devuelto el 10% de los fondos previsionales a la gente, hay ciertas necesidades económicas que estos mismos delincuentes han resuelto sin necesidad de salir a delinquir”.
Coincidentemente, Alan Ibáñez advirtió que la mayor baja de detenidos comenzó a registrarse hace dos semanas, cuando comenzó a entregarse el bono Clase Media, y el “10%”.
“Habrá que ver qué pasa cuando la plata se les acabe” y las necesidades vuelvan a ser urgentes”, propuso el sociólogo Torres.