Señor Director:
El Ministerio de Educación informó que en 2024 los estudiantes desvinculados disminuyeron de 50.814 a 47.509,
lo que representa una baja del 6,5% respecto del año anterior. En concreto, esto significa que más de 17.000 mil es-
tudiantes volvieron a matricularse en algún colegio, un avance en la reducción de la brecha educativa.
Sin embargo, estos datos deben analizarse con cautela. Si bien es motivo de satisfacción que miles de estudiantes
regresen a las aulas, esta cifra también nos recuerda que aún hay mucho por hacer. La educación no solo debe ga-
rantizar la inscripción de los estudiantes, sino asegurar su motivación y compromiso a lo largo de su trayectoria. Este
es un desafío constante que requiere políticas educativas más inclusivas y esfuerzos por mejorar las condiciones de
aprendizaje.
El camino hacia una educación de calidad e inclusiva no termina aquí. Es fundamental no perder el impulso,
entendiendo que cada alumno recuperado representa un triunfo, pero también un recordatorio de que el objetivo
final es que todos los estudiantes puedan acceder a una educación que los inspire y les brinde oportunidades reales
para su desarrollo. Continuar trabajando en estrategias para una educación que retenga y comprometa a nuestros
jóvenes debe ser la prioridad.
Armando Rojas Jara
Académico CILED, Facultad de Educación UDD
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