Señor Director:
Hoy en Chile hay cerca de 9 mil casos activos y mientras aumentan los esfuerzos para terminar con el COVID-19, es indudable que esta pandemia cambió para siempre nuestra forma de vivir.
Durante estos largos meses hemos aprendido a apreciar áreas de nuestro hogar que antes eran subutilizadas y muchas personas han tomado medidas para mejorar la calidad del aire. Han aprendido a aprovechar, por ejemplo, la luz al máximo, a ventilar y a sacarle el máximo provecho a sus aires acondicionados o incluso apostar por purificadores.
Y la tendencia es bastante clara: en los “nuevos” hogares post pandemia habrá menos productos contaminantes, se dispondrá de más espacio abiertos como balcones, terrazas o patios y se sacará más provecho a las características purificadoras de algunas plantas. En edificios el panorama será similar, ya que volveremos a tipologías similares a las de inicios del siglo XX, potenciando la salubridad mediante espacios que mejoraban la ventilación e iluminación.
Se habla incluso de modelos de “ciudades autosuficientes”, que concretan en poca distancia un modelo que permite vivir, trabajar y descansar en el entorno de la vivienda, permitiendo enfrentar otras emergencias sanitarias de mejor manera.
La necesidad de mejorar la calidad del aire interior, de tener espacios abiertos y usar todas las herramientas tecnológicas a nuestro favor toman la delantera, y ya nuevos proyectos buscan aprender de lo sucedido.
Milena Santos Romay Daikin